José Armas, mago y productor: “Los artistas saben que aquí vienen los mejores, y eso les da prestigio en otros festivales internacionales”
Tras un parón de cinco años, la X Semana Mágica de Gijón ha regresado para demostrar que la ilusión no entiende de calendarios ni pausas. Este festival, que arrancó el pasado 20 de diciembre y se extiende hasta el 4 de enero, ha vuelto a posicionar a la ciudad como un referente internacional en el mundo de la magia.
José Armas ‘El Ilusionista’, productor del evento, no oculta su entusiasmo: «Teníamos expectativas, pero también cierto temor. Después de un parón tan largo, uno nunca sabe cómo responderá el público. Sin embargo, desde que anunciamos el regreso, la acogida ha sido desbordante».
Las cifras hablan por sí solas. Durante los días más intensos, la Semana Mágica llegó a albergar hasta cinco espectáculos diarios, llenando plazas, calles y teatros a cualquier hora del día. La Gala Internacional, celebrada en el Teatro Jovellanos en varias sesiones, colgó el cartel de “no hay billetes” en sus cinco funciones. Armas recuerda una anécdota que describe el fervor de los asistentes: «La última noche hubo gente que intentó conseguir entradas en taquilla, pero ni siquiera quedaban asientos en las esquinas más altas del gallinero. ¡Todo estaba lleno!»
Y es que la Semana Mágica ha demostrado ser mucho más que un festival. Es un evento que, como comenta Armas, crea un vínculo emocional con el público: «El niño de cinco años, el adolescente, el padre y el abuelo… todos salen del teatro igual de alucinados. Al final, ese asombro compartido es lo que hace que quieran volver el año siguiente».
El regreso del festival ha sido posible, en gran parte, gracias al apoyo del Ayuntamiento y la implicación personal de figuras como Oliver Suárez, presidente de Divertia, quien contactó a Armas para poner en marcha el reenganche del evento. Según cuenta el productor: «Oliver fue espectador del festival durante años, antes de entrar en política. Para él, era inconcebible que algo tan mágico para la ciudad hubiera desaparecido. Retomarlo fue una decisión valiente y acertada».
La Semana Mágica no solo ha recuperado su lugar en la programación navideña de Gijón, sino que ha vuelto con más fuerza y ambición. En palabras de Armas: «Antes era una semana, ahora son casi tres. Lo que empezó como una gala de clausura es hoy un evento que incluye cinco galas, espectáculos unipersonales y actividades en calles, centros culturales y barrios.»
Uno de los mayores retos del festival ha sido atraer a magos internacionales en una época tan demandada como la Navidad. «En estas fechas todo el mundo quiere magia. Es el espectáculo familiar por excelencia, y los magos tienen sus agendas llenas. Conseguir artistas de este nivel no es complicado, es lo siguiente», admite Armas.
Sin embargo, la reputación del festival, construida desde sus inicios en 2011, ha jugado un papel clave. «En el mundo de la magia, actuar en la Semana Mágica de Gijón es un aval. Los artistas saben que aquí vienen los mejores, y eso les da prestigio en otros festivales internacionales», explica con orgullo.
Más allá de los números y las cifras de asistencia, la Semana Mágica deja historias imborrables. Armas recuerda a Miguel, un joven que ha asistido religiosamente a todos los espectáculos desde la primera edición en 2011. «Miguel empezó viniendo a los espectáculos por la mañana, luego repetía por la tarde y por la noche. Ahora tiene 29 años y sigue viniendo con la misma ilusión».
Otra anécdota entrañable es la de una estudiante de Derecho que confesó haber crecido asistiendo al festival desde niña. «Hay generaciones enteras que han vivido la magia de este evento. Eso es lo más bonito, ver cómo crecen y cómo el festival forma parte de sus recuerdos», comenta Armas.
Con el éxito arrollador de esta décima edición, la Semana Mágica promete volver a ser una tradición consolidada en Gijón. Armas lo tiene claro: «El público del año que viene se gana este año. Los que han venido hoy y lo han disfrutado, traerán a sus amigos y familiares la próxima vez».
El reto ahora es mantener el listón alto, pero el equipo organizador está más que preparado. «La magia tiene esa capacidad única de unir a personas de todas las edades. Es un arte que despierta asombro y curiosidad. Mientras podamos seguir transmitiendo eso, la Semana Mágica seguirá creciendo», enfatiza Armas.
Además, el mago actuará este lunes a las 18:30h en el Hogar San José, centro de menores tutelados por el Principado de Asturias. Como parte de la iniciativa solidaria del festival, se busca acercar la magia a colectivos que enfrentan barreras económicas, de salud o discapacidad, llevando ilusión y alegría a quienes más lo necesitan. Esta actuación refuerza el compromiso de la Semana Mágica con la inclusión y el acceso igualitario a la cultura.