Problemas para monetizar los vídeos o el uso de eufemismos para que la plataforma no perjudique son algunos de los desafíos diarios de los youtubers más populares de España
La CometCon de este año ha apostado por invitar a los creadores digitales con más éxito en el mundo online. Algunos de ellos, especializados en la divulgación científica e histórica, se juntaron ayer en el Pabellón Central del Recinto Ferial Luis Adaro para hablar de las distintas plataformas en las que publican su contenido. El presente y futuro de YouTube ocupó gran parte de la conversación.
La Hiperactina (495.000 suscriptores en YouTube) expresó «la incertidumbre» que siente cada vez que sube un vídeo a esta plataforma, porque «debido al algoritmo, no depende de ti que se vea más o menos», y el mismo contenido «puede funcionar o no» por razones externas. LecheroFett (340.000 suscriptores), por su parte, fue contundente: «YouTube cada vez va a peor y los canales de historia estamos siendo muy perjudicados. Cuando hablamos de un tema de la Segunda Guerra Mundial, o de nazis, la plataforma se confunde y no muestra nuestro contenido. Muchas veces tenemos que emplear eufemismos para no decir ciertas palabras. Hay un error de base: algunas marcas piensan que la publicidad (ej. Cola Cao) se asocia al contenido (ej. nazis), cuando en realidad la marca se asocia al creador. En estas circunstancias, parece que la única manera de sobrevivir es por medio de las aportaciones de la comunidad».
Carles Tamayo (365.000 suscriptores), con un canal especializado en periodismo de investigación, bromeaba con que, desde que empezó, «ha vivido una época de mierda de YouTube», por lo que le dicen los veteranos. Tamayo ha tenido «problemas para monetizar los vídeos», y muchas veces sube la misma pieza varias veces, por si tiene suerte en alguna. Ha optado por «buscar sponsors» que quieran salir en el canal.
Crespo, de QuantumFracture (2,74 millones de suscriptores), enfatizó en el componente democrático de la plataforma de cara al usuario, y afirmó que «la monetización del vídeo no está ligada a las recomendaciones». Explicó que un vídeo científico de su canal, en el que había mucha simbología de nazi, se vio mucho más que otros porque la gente apreció el contenido divulgativo.
HelanyaH (201.000 suscriptores), comentó su reciente incorporación a YouTube y que se siente afortunada porque, por lo general, «no desmonetizan» sus vídeos, salvo en algunos casos en los que muestra «material con derechos de autor». La divulgadora de historia y mitología está más enfocada en Twitch, plataforma especializada en vídeos en directo, que no está exenta de «sufrir muchos cambios» en los últimos tiempos: «Hay algo extraño por ahí. En Europa, la suscripción a la plataforma se cobra en euros a los usuarios y los creadores cobramos en dólares, por lo que hay un dinero que no se sabe muy bien a dónde va. Tenemos que trabajar juntos para solucionar este tipo de cuestiones».
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