
Ser una mujer joven feminista en 2024, aunque parezca un tiempo avanzado en la historia de la humanidad, no es del todo fácil
Mi primer 8M fue el 8 de Marzo de 2018 cuando tenía 17 años, me acuerdo de mi cartulina morada que ponía “lo contrario a feminismo es la ignorancia”, de que mis amigas y amigos del insti hicimos huelga y fuimos a manifestarnos al Ayuntamiento de Gijón/Xixón.
Ser una mujer joven feminista en 2024, aunque parezca un tiempo avanzado en la historia de la humanidad, no es del todo fácil. Aún tenemos que lidiar con situaciones que bien podrían darse en la edad de piedra. El 8 de Marzo es un día necesario, seguimos abriendo debates, tratando de mejorar la sociedad a la vez que surgen nuevos peligros, que nos hacen estar siempre alerta.
El 8 de Marzo es un día de reivindicación y de celebración, para mí, a partes iguales. Tenemos, no nos queda más remedio, que seguir visibilizando los problemas que sufrimos las mujeres por el hecho de serlo, denunciar cada acto de violencia físico o psicológico, cualquier tipo de acoso, o agresión, el maltrato, el paternalismo que muchas veces no solo sufrimos las personas jóvenes y los micromachismos. Por desgracia, todo esto sigue ocurriendo y no lo podemos tolerar.
Digo que es un día de celebración, porque también debemos permitirnos celebrar este día, compartirlo con nuestro entorno y aprovechar para coger impulso. Empoderarnos sabiendo que somos muchas y que tenemos mucha fuerza. Saber que en cada ciudad de España estamos llenando las calles, que gritamos a la vez “yo sí te creo”, porque si estás leyendo esto y necesitas recordarlo, no estás sola.
Para mí, también es un día de referentes, como lo es mi madre, quien de verdad me ha enseñado a cuidar lo cercano, como lo son mis amigas de siempre, que me sostienen cuando más lo necesito y entre todas salimos a flote cuando hay tormenta, como todas las amigas y compañeras que me voy encontrando en este camino de la participación, que además de cuidarnos crean un ambiente más amable para alzar la voz. Como lo fueron mujeres de la altura de Anita Sirgu, luchadoras incansables en momentos extremadamente peligrosos. Para que ahora creamos que podemos dar por hecho tantas conquistas. No lo haremos, las jóvenes feministas de hoy, no daremos por sentado lo difícil que ha sido llegar hasta aquí y seguiremos dando tira, para que las que vienen detrás lo tengan aún más sencillo.
6 años después, me ratifico, “lo contrario al feminismo es la ignorancia”. Y por eso un año más, mi plan para este 8 de marzo es pintar el morro de morao e ir a la manifestación de La Felguera – Langreo/Llangréu de la mano de quienes me acompañan cada día.
Ese es mi plan. Y os animo a todas.
Yurena Sabio es presidenta del Conseyu de la Mocedá de Xixón