La mesa de ocio del ente vecinal pide al Ayuntamiento que revise los protocolos de seguridad, y urge a que la Comisión de Seguridad Ciudadana dé explicaciones por la degradación de la vida nocturna en El Llano, Poniente, Centro y Cimavilla
En la mente del grueso de los gijoneses aún flota, vívido y oscuro, el recuerdo de José Antonio Justel, el cartero leonés muerto a golpes en noviembre a la salida de un local de ocio nocturno del barrio de Fomento. Aquella experiencia, sin embargo, no parece haber aplazado los ánimos en dicho sector de actividad; sin ir más lejos, el pasado fin de semana se producía un nuevo altercado entre dos grupos de jóvenes ante un negocio de tales características. Algo que ha vuelto a tensar la paciencia de la Federación de Asociaciones Vecinales (FAV); en la que es su acción fundacional, la mesa de ocio recientemente constituida ha emitido un escrito exigiendo al Ayuntamiento que atienda las peticiones de los gijoneses y, en especial, que tome medidas para revisar el modelo de ocio nocturno y mejorar la seguridad en ese ámbito al caer el crepúsculo.
«Desgraciadamente nos estamos empezando a acostumbrar a amanecer con noticias relacionadas con agresiones, disturbios y peleas que acontecen al amparo de la noche gijonesa, y que suceden en barrios muy localizados; sobre todo, en El Llano, Poniente, Centro y Cimadevilla», comienzan los integrantes de la mesa. El modelo, prosiguen en el texto, «requiere de unos protocolos de seguridad suficientes para que las fuerzas de seguridad puedan intervenir de manera eficiente», en forma de controles de aforos y licencias, regulaciones de horarios, verificación de la profesionalidad del personal de seguridad privado de los locales, o una mayor atención al consumo de alcohol y drogas. No obstante, el desempeño al respecto de la concejalía de Seguridad Ciudadana, que encabeza la forista Nuria Bravo, no está siendo del agrado de la FAV, que acusa a la edil de haber incurrido en un «ninguneo» de las reclamaciones vecinales desde la muerte de Justel.
«Pediremos explicaciones por lo que está ocurriendo, deseando que esta vez nos tomen en serio y no nos despachen en diez minutos, con altivez y cierto desprecio», alerta el ente. Su petición es meridianamente clara: que la Comisión de Seguridad Ciudadana se reúna «con rapidez y con mayor frecuencia», y llegue a convertirse en lo que la FAV entiende que debe ser: un elemento «de utilidad en la solución del problema, no otra comisión inoperativa e ineficaz reunida para meras formalidades». Y no sólo eso; reclama también una activa participación del tejido asociativo gijonés en el diseño de estrategias y en la búsqueda de soluciones. «Las asociaciones vecinales somos elementos transversales del la ciudad, y tendrán que contar con nosotros, soportar nuestras quejas y escucharnos con mucha atención», concluyen sus miembros. «También queremos aportar en la búsqueda de soluciones pero antes deben demostrar que nos respetan y que nos consideran interlocutores válidos de los vecinos de nuestros barrios».