192 personas perdieron la vida en un atentado con dinamita robada en Asturias
El jueves 11 de marzo de 2004 diez bombas estallaban en distintas estaciones de cercanías de Madrid. Todas ellas hacían explosión entre las 7.37 y las 7.40. Se llevaron consigo la vida de 192 personas e hirieron de diferente consideración a casi dos mil. Entre los fallecidos varios estudiantes, que a esa hora cogían el tren para ir a la facultad y profesionales de camino a su puesto de trabajo. 3 minutos que enmudecieron España y que hicieron que aquella mañana gris quedase impregnada en la retina de todos. Las estaciones de Atocha, Santa Eugenia, El Pozo y junto a la calle Téllez se habían teñido de sangre poco después de amanecer.
En Asturias el dolor era doble: la dinamita que se había utilizado para masacrar a los viajeros había sido robada en el Principado. Fueron detenidos y condenados por hecho relacionados los asturianos Emilio Suárez Trashorras, por robar explosivos en la Mina Conchita y ofrecérselos a los terroristas; Antonio Toro, cuñado del primero, por su implicación en el suministro de explosivos; Iván Reis, por transporte de explosivos, Sergio Álvarez, por el mismo delito y Gabriel Montoya, ‘El Gitanillo’, por ayudar a Trashorras a conseguir la dinamita. De ellos solo Trashorras sigue hoy en día en prisión, acumulando penas que suman más de 30.000 años de prisión. El avilesino tiene el deshonroso título de poseer la mayor condena de España.
Homenaje en Madrid
En Madrid, y como viene siendo habitual desde entonces cada 11 de marzo, las instituciones han homenajeado a los afectados por los atentados. La presidenta de la Comunidad, Isabel Díaz Ayuso, y el alcalde la capital, José Luis Martínez Almeida, han colocado juntos una corona de laurel frente a la placa conmemorativa instalada en la puerta del Sol. A este le sucederán distintos homenajes en distintos puntos de la tragedia.