Suárez Llana felicita al edil Villoria por su plan de mejora del carril bici, pero censura que los cien estacionamientos anunciados por Barcia «nos dejan fuera de la tendencia de las ciudades no sólo españolas, sino europeas»
Nadie dudaba de que los dos proyectos de movilidad anunciados ayer por el ejecutivo gijonés, la construcción de cien nuevas plazas de aparcamiento en El Natahoyo y la remodelación del trazado del carril bici de Fomento y Poniente, iban a suscitar una pronta reacción de la oposición. Y ese momento ha llegado este martes, después de que el portavoz del grupo municipal de Izquierda Unida, Más País e Izquierdas Asturianas (IU-MP-IAS), Javier Suárez Llana, celebrase hace escasas horas el segundo de ellos, pero atacase frontalmente el primero. Y es que, a su juicio, la pretensión del edil de Movilidad, Pelayo Barcia, «no puede ser más decepcionante. En plena Semana Europea de la Movilidad, entre cuyos objetivos está minimizar la dependencia del coche, el objetivo uno es crear más plazas. Con ello, Gijón se sitúa fuera de la tendencia del resto de ciudades no ya españolas, sino europeas».
Las razones de Suárez Llana en contra de la pretensión del gobierno trascienden lo meramente reputacional a ojos del resto del mundo. A su juicio, en un sentido más práctico, en la zona en la que se construirán, próxima al Museo del Ferrocarril, «no existe demanda. Hay una amplia oferta de estacionamiento en superficie gratuito a escasos metros, y tres aparcamientos privados, con 1.900 plazas en total, 1.400 de rotación y el resto, de residente». Más aún, fuera de la temporada estival, «en la mayor franja, el estacionamiento Auto Salón no llega al llenarse al 75%; el de Fomento se queda al 57%, y el de Poniente no alcanza al 26%».
Obstáculos normativos
Además, las obras obligarán a «convertir dos superficies verdes en más asfalto, en una zona en la que el nivel de asfalto es notorio», y la sección del fututo estacionamiento más cercana a los edificios de Marqués de San Esteban «interrumpirá un itinerario peatonal de máxima afluencia, por lo que generará un problema de seguridad viaria». Pero, por encima de todo, en opinión de Suárez Llana el mayor escollo será administrativo. En su intervención de ayer, Barcia matizó que las nuevas plazas formarán parte de las que administra la ORA, algo que, en palabras del líder de IU-MP-IAS, es incompatible con la eliminación de la Ordenanza de Movilidad, «que imagino que quedará derogada en los próximos días». Porque si, con ella, «habría sido muy fácil, ya que preveía la ampliación de la zona ORA», ahora el marco legal será el de la normativa de 2002, «que no la prevé, y que establece que es el Pleno el que debe tomar la decisión. Eso afectará a la ampliación prevista en El Rinconín, pactada con OTEA, y a ésta. No lo van a tener tan fácil como creen».
En contraposición con sus ataques a Barcia y a su proyecto, Suárez Llana no ha escatimado palabras de agradecimiento hacia Gilberto Villoria, edil de Infraestructuras Urbanas y Rurales, y principal promotor de la mejora del carril bici para desligarlo de la acera. «Es una buena noticia que el gobierno vaya a iniciar, por lo menos, los estudios para modificar ese trazado y segregarlo a la calzada», ha afirmado esta mañana, si bien ha hecho tres sugerencias. La primera, «recuperar el proyecto de remodelación de la fachada de Poniente, en torno al que ya hubo un consenso; además, de los catorce proyectos presentados, todos señalaban la misma solución para el carril bici». La segunda, extender la intervención a los Jardines de la Reina, donde «se dan los mismos problemas de confusión entre peatones y ciclistas». Y, por último, garantizar que el resultado será compatible con la próxima remodelación del paseo de Fomento y Poniente, ya que «no tendría sentido que dentro de unos años, cuando se afronte toda la remodelación de la fachada marítima, tengamos que dar marcha atrás».