Seguras de que la decisión es «cuestión de dinero», en la FAV y ‘Les Caseríes’ aguardan alternativas; Barbón, «cansado» de proyectos «a veinte años vista», defiende la opción de Aboño, pero Moriyón rechaza «pasar la basura a otro municipio»
En el frente común formado por los actores ciudadanos y políticos en defensa de un vial de Jove soterrado parece abrirse las primeras fisuras ahora que, según el anuncio hecho este jueves por el Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible (MITECO), esa arteria, concebida hace más de dos décadas para sacar el tráfico pesado hacia y desde El Musel de la avenida Príncipe de Asturias, no llegará a materializarse. Ni en formato subterráneo, ni en superficie, ni de ninguna otra manera. Porque mientras la decisión estatal ha dado alas al Gobierno del Principado para reforzar la defensa de la alternativa a través de Aboño, previa renaturalización de dicho entorno, el Ayuntamiento de Gijón no se ha mostrado particularmente amigo de la misma, contrario a trasladar la resolución del problema al vecino municipio de Carreño. Una diferencia de posturas que deja en el medio a los verdaderos afectados, los residentes de la Zona Oeste de la ciudad, para los que el carpetazo al vial ha sido algo doloroso… Aunque no inesperado.
El desánimo se hacía especialmente visible al término de la reunión del Consejo Social, celebrada esta mañana en la Casa Consistorial gijonesa. Durante la misma el consejero de Fomento, Alejandro Calvo, ha hecho partícipes a los distintos actores políticos y sociales de los argumentos esgrimidos ayer por el secretario de Estado de Transportes y Movilidad Sostenible, José Antonio Santano, para justificar la anulación de la opción de Jove. Y ha tratado de aplacar los ánimos destacando que, si bien lo sucedido es «muy decepcionante«, de haberse mantenido sobre el tapete el vial la necesidad de rehacer el proyecto «la solución global nunca hubiera llegado antes de diez años«. Ahora, de nuevo en la casilla de salida, Calvo ha vuelvo a jugar la carta previamente ensañada por el Principado: trabajar, «desde el consenso y el respeto», en alternativas en suelo de Carreño, para las que será capital el desdoblamiento del empalme entre Lloreda y Veriña, prometido por el Ministerio. Eso sí, si algo se ha esmerado en recordar el consejero es que, en la actualidad, «ya más de la mitad del tráfico pesado llega a través de Aboño«. La cifra aportada orbita en torno a los 1.600 camiones.
De nuevo en territorio de Gijón, la apuesta autonómica se centraría en trabajar en la humanización de la avenida Príncipe de Asturias hasta la glorieta de Foro, y en mejorar integralmente el trazado ferroviario en la Zona Oeste de la ciudad, regenerando las áreas más degradadas y habilitando nuevos ‘espacios verdes’. A ese respecto, Calvo también ha puesto en valor el papel que la futura estación intermodal de la Zona de Actividades Logísticas e Industriales del Principado de Asturias (ZALIA) jugará para desahogar La Calzada de la masiva presencia de tráfico pesado y peligroso. Todo lo anterior se circunscribe al ámbito de las aportaciones, desde luego, pues si algo ha dejado bien sentado el consejero es que, a su juicio, el que el Consistorio y el Principado redacten el proyecto sería poco menos que una «imprudencia». La cuestión, en fin, debe quedar en manos de la Administración estatal.
Minutos antes del inicio del Consejo Social, desde Avilés, el presidente autonómico, Adrián Barbón, ya adelantaba las líneas maestras de esa ya sabida defensa de su Gobierno por la opción de Aboño. «Mi objetivo, como presidente, es sacar los camiones de La Calzada y, para hacerlo cuanto antes, a corto plazo, no en proyectos a veinte años vista, de los que estoy un poco cansado, esa es la solución que vemos«, ha sentenciado. Se trata, no lo ha negado, de una zona sumamente deteriorada, por la cual «uno pasa, y se aterroriza; parece que ha caído una bomba nuclear, literalmente«. De ahí la trascendencia de no convertir Aboño en alternativa al vial de Jove sin antes someter la zona a un proceso de renaturalización. Sería, a fin de cuentas, una «compensación clara a los vecinos de Carreño, mejorando todo el entorno ambiental«, y factible ahora que «el vial en superficie no se nos va a imponer».
Pero esa argumentación tan positiva no ha hallado una réplica similar en Gijón. La alcaldesa, Carmen Moriyón, ha respondido a la propuesta de Calvo acotando que «no será este Ayuntamiento quien pida pasar la basura a otro municipio«, y manteniendo su apoyo al contenido de la Declaración Institucional aprobada en el Pleno del pasado abril. «Yo no estoy contenta», ha admitido también la regidora, antes de acusar al Ministerio de Transportes de incurrir en una flagrante «falta de sensibilidad y colaboración«. Para ella, las palabras de Santano equivalieron a «decir que la pelota estaba en nuestro tejado; nada más lejos de la realidad«, y constituyen la prueba de que «entusiasmo, no tiene ninguno por ponerse a estudiar la cuestión«. Con todo, sí ha agradecido los esfuerzos hechos desde el Principado durante todos estos meses, y ha emplazado a Calvo a reunirse nuevamente antes de fin de año para tratar de hallar una solución definitiva al asunto.
Sin embargo, esa decepción manifestada por Moriyón se hacía más patente si cabe, y con diferencia, entre los gijoneses de a pie. Y eso que, coinciden la mayoría, algo de lo sucedido se esperaba que se materializase… «Creo que a nadie le ha pillado por sorpresa; esto se veía venir, porque llevan muchos meses dando vueltas«, reconocía la vicepresidenta de la Federación de Asociaciones Vecinales (FAV), María José Cuervo, a la salida del Consejo Social. Fiel a la creencia generalizada de que «el problema ha sido el dinero», y no los posibles riesgos del vial de Jove para las viviendas cercanas, para Cuervo el giro de timón de Transportes viene a confirmar que «Asturias hace tiempo que ha pedido peso específico; es una cuestión de desinterés político, porque piensan que no aportamos. Sólo hay que ver la cantidad de obras empezadas y sin terminar… Para Madrid, somos de cuarta categoría«. A su alrededor, varias voces vecinales compartían esa desmoralización; algunas, incluso, reflexionaban sobre el «sin sentido» que sería emprender movilizaciones ahora, cuando «la decisión está tomada».
Tampoco en ‘Les Caseríes’, la homóloga rural de la FAV, el ánimo estaba mejor… Máxime a la vista de que ninguno de sus representantes fue admitido en el Consejo Social, al no estar registrados en las listas manejadas para la ocasión. Una ausencia forzosa que, aun así, no impidió a su presidente, Miguel Llanos, pronunciarse al respecto del asunto en cuestión. «Nos gustaría que nos diesen más explicaciones; sabemos que es técnicamente viable, por lo que nos parece una desfachatez que, ahora, vengan y se pregunten cómo pudo licitarse, cuando lo hizo un Gobierno del PSOE«, exclamaba. Ahora bien, sí se ha mostrado más tolerante con la opción de Aboño que la alcaldesa. «La solución la tendrán que dar los técnicos, pero siempre dijimos que lo que queremos es sacar el tráfico pesado. Si el vial de Aboño lo logra, bien; tampoco es que estemos emperrados en el soterramiento. Lo que no queremos es perjudicar ni a Carreño, ni a nadie; si se hace así, que sea con las infraestructuras adecuadas», apunta.
A la espera de las reacciones de los restantes partidos políticos con representación en el Pleno y en el Consejo, sí han ido fluyendo las de otras entidades integrantes de ese último órgano. «Es un desánimo grande», han reconocido desde la Cámara de Comercio de Gijón, al tiempo que la presidenta de la Federación Asturiana de Empresarios (FADE), María Calvo, advertía de que no pueden pasar otros veinte años en dar una solución, puesto que «la urgencia es tremenda; no puede ser otra patada para adelante». Finalmente Joaquín Vázquez, presidente de la Cooperativa de Agricultores de Gijón, ha pedido «solidaridad» y «resistencia» para con la Zona Oeste, animando a todos los gijoneses a que «no podemos dar un paso atrás«.