El Principado asume el compromiso de buscar alternativas «cuanto antes», con el trazado por Aboño como opción más plausible; los Gobiernos regional y local, y las entidades vecinales, se reúnen esta mañana para estudiar la situación
Más de dos décadas después de haberse planteado por primera vez, el agitado sueño del vial de Jove ha terminado. Y lo ha hecho, para desconcierto de muchos, aunque no para sorpresa de todos, con un abrupto despertar. Mediada la tarde de este jueves el Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible (MITECO) confirmaba el descarte definitivo de dicho proyecto, ante la imposibilidad de alcanzar un acuerdo con los el Gobierno del Principado y el Ayuntamiento de Gijón, los dos otros actores presentes en la reunión a tres bandas celebrada ayer. Una decisión que, en estos instantes, parece definitiva, y que obliga a las partes a ponerse manos a la obra y a buscar alternativas. A lo largo de esta mañana el Consejo Social de la ciudad, reunido en estos momentos, abordará la cuestión a escala local, y sentará las bases de las acciones que, a partir de ahora, se desarrollarán.
Fue el propio secretario de Estado de Transportes y Movilidad Sostenible, José Antonio Santano, principal interlocutor nacional a lo largo de este proceso, quien transmitió la noticia a finalizar el encuentro, celebrado en Madrid. «Si no hay consenso, no vamos a ir hacia adelante con ese proyecto«, sentenciaba ante los medios. Y lo cierto es que la posibilidad de lograr esa unión de opiniones parecía descartada desde el Principio. Con la cuerda entre el Ministerio, por un lado, y la autonomía y la ciudad, por otro, cada vez más tensa desde que el primero diese por imposible un vial soterrado, en estos meses tanto las Administraciones asturiana y gijonesa, como los habitantes de la Zona Oeste de la urbe han reiterado su oposición a cualquier posibilidad que no incluyese el proyectado túnel de dos kilómetros. Un punto en el que todas las fuerzas con representación en el Pleno se han mostrado de acuerdo.
Los argumentos esgrimidos por Transportes, centrados en el peligro que el soterramiento supondría para las viviendas próximas al trazado, no han convencido, y cada vez son más las opiniones que se decantan por razones puramente económicas, una acusación que Santano volvió a negar ayer. «No le puedo contestar las razones por las que, en algún momento, se decidió licitar la obra, pero sí tuvimos claro, desde el primer al último responsable, que, en esos términos, no era responsable adjudicar una obra«, argumentó el secretario de Estado del área. Aun así, la alternativa planteada en agosto, que preveía un vial en superficie, parcialmente en trinchera y dotado de barreras vegetales y acústicas para mitigar el impacto sonoro del tránsito de vehículos, demostró ser sensiblemente más económico que el túnel, presupuestado en mayo de 2023 en 285,7 millones de euros. Por comparación, el ‘atrincheramiento’ habría costado sólo 40,3 millones.
Asturias, decidida a ser «parte activa de la solución», según el consejero Alejandro Calvo
Queda por ver qué reacciones llevarán a cabo los habitantes de Gijón, secundados o no por sus representantes políticos, pero, por el momento, parece que la historia del vial de Jove deberá ser desterrada al cajón de los recuerdos. De hecho, ya ayer Santano adelantaba su pretensión de continuar los contactos con Principado y Consistorio para «resolver» el acceso al puerto de El Musel y dar soluciones a los vecinos de la Zona Oeste, aunque sin entrar en más detalles. Por su parte, el consejero de Fomento, Cooperación Local y Prevención de Incendios, Alejandro Calvo, confirmaba esa voluntad de trabajo conjunto, una dinámica en la que el Gobierno asturiano será «parte activa de la solución, y va a plantear alternativas«; además, «cuanto antes». Y, por el momento, y a falta de novedades, la de un trazado a través de Aboño suena como la más plausible para sacar el tráfico pesado hacia y desde El Musel de la avenida Príncipe de Asturias de una vez por todas.
Fue, de hecho, el propio presidente autonómico, Adrián Barbón, quien, en el transcurso de su reciente encuentro en La Moncloa con el presidente de la nación, Pedro Sánchez, sugirió esa posibilidad como mecanismo para lograr a corto plazo la derivación de los camiones fuera de zonas pobladas. La sugerencia, sin embargo, no fue del agrado de los vecinos de los barrios urbanos, ni de las parroquias rurales. De hecho, hace apenas tres días tanto la Federación de Asociaciones Vecinales (FAV), como su equivalente rural ‘Les Caseríes’ suscribían una alianza para rechazar de todo punto cualquier planteamiento que no pasase por el vial de Jove, postura que, veinticuatro horas más tarde, secundaba el diputado por Asturias de Sumar, Rafael Cofiño, y la delegación gijonesa de Izquierda Unida (IU).
Es fácil entender que los vecinos cercanos prefieran un túnel, claro. Pero es muy difícil que cualquier administrador del dinero público responsable no vea lo que supone ese túnel y que las ventajas para los vecinos cercanos no compensan los costes para todos.
Veamos qué hay ahora: todo el tráfico por la ciudad, por Príncipe de Asturias. Esa avenida lleva tanto los camiones que salen y van a El Musel como el propio del movimiento interno entre barrios. El nuevo vial solo absorbería el tráfico de El Musel, y entiendo que la intención era que fuese a velocidad urbana. Sin embargo, se habla de él como si fuese una autopista entre casas.
Existen más viales de 4 carriles relativamente nuevos (Pecuaria, Justo del Castillo) y otro que se está proyectando en Cabueñes. Es cierto que no soportan tráfico industrial, pero sí que sufren un muy notable tráfico y no tienen medidas como las que se propusieron para Xove (trinchera, pantallas…). Y es que ¡Ahora los camiones van atravesando La Calzada!
A parte de la excusa más o menos discutible de la posible afectación a los edificios, por lo visto, con un túnel las mercancías peligrosas debieran seguir saliendo por la ciudad. Y, sobre todo… la diferencia de precio. Estamos hablando de una diferencia de coste de 245 millones de € entre los 40 de no soterrar y los 285 del túnel. ¿No somos conscientes de lo que es eso? La diferencia es, aproximadamente, lo que costó el enorme HUCA, el 10% del presupuesto del gobierno de Asturias, más de 40 años de recaudación de El Musel en bruto. El coste de ese túnel es prácticamente todo el presupuesto del ayuntamiento de un año, el presupuesto para dar servicios a 270000 habitantes.
Pero, sobre todo, cuando se habla de millones siempre lo veo como que cada millón de € es una vida laboral de las más frecuentes en este país con sus cotizaciones incluidas. Esa diferencia podrían ser 245 personas trabajando durante 30 y pico años para producir o para mejorar la vida de los demás y teniendo a la vez una vida propia y repartiendo capacidad económica en su entorno.
Lo dicho, cualquiera entiende las razones para el no de aquellos que verían como empeora algo su entorno, pero no somos conscientes de los costes para todos de la única alternativa que se parece admitir. Ser consciente de eso y transmitirlo debiera ser la labor del administrador del dinero público.