La Plataforma Contra la Contaminación de Xixón y la Federación de Asociaciones Vecinales encaran el cierre de 2024 haciendo balance de un año marcado por los sinsabores en dicha materia, y con la esperanza de que en el venidero vean «un mayor compromiso» político
Un smartphone nuevo, el juguete de moda, algún libro especialmente sugerente, esos jerséis y corbatas de diseños estrafalarios que tantas películas de Hollywood han parodiado… Sin olvidar la paz y la felicidad para el mundo en su conjunto. Con 2024 a punto de terminar, y 2025 prácticamente a la vista en el horizonte, son jornadas de recapitulación del año que acaba y de formulación de deseos para el venidero; de esos últimos, los más materiales y realistas se materializarán, muy probablemente, en la noche de Reyes. Ese no es el caso de los anhelos que tanto la Plataforma Contra la Contaminación de Xixón (PCCX) como la Federación de Asociaciones Vecinales de la ciudad (FAV) esperan que se hagan realidad a partir de enero, resumibles en dos grandes conceptos: «menos contaminación y más salud» en la Zona Oeste gijonesa. Un par de deseos complejos, ambiciosos, inmensos… Pero que quienes los reclaman esperan, y no sin ansias, que se cumplan de una vez por todas. Y eso que el punto de partida no es precisamente satisfactorio… No en vano, con 2024 llegará a su fin un año descorazonador en materia medioambiental, marcado por el descarte del vial de Jove y por un incremento del problema de la polución en el flanco occidental de la urbe.
«Pocos temas han dado para tantos titulares, han estado en boca de la gente durante estos doce meses… Y han sido tan decepcionantes», reflexiona Manuel Cañete, presidente de la FAV y, a la sazón, uno de los cuadros más activos de la Plataforma. Razones personales le impidieron participar en la concentración organizada el pasado domingo ante la ‘estrellona’ del Náutico, durante la cual una docena de personas, parapetadas bajo pancartas con lemas como «Quemar basura envenena» o «Esti año el Gordo cae en Aboño«, reclamaron mayor atención a los problemas medioambientales que asolan la Zona Oeste. Una ausencia, la de Cañete, que, sin embargo, no le impide poner voz a esas peticiones colectivas… Marcadas por un denominador común: la percepción, acertada o no, de que las Administraciones implicadas no han estado a la altura. «Se ha prometido mucho, pero no se ha hecho nada. El vial de Jove, por ejemplo; dijeron que para noviembre o diciembre se conocería la alternativa pero, de momento, salvo es oferta del Principado para asumir la humanización de la avenida Príncipe de Asturias, no sabemos nada. Nos están vendiendo humo, y del malo», sentencia el presidente de la FAV.
De todos esos temas que han ocupado tiempo en los debates y espacio en los medios, ninguno ha sido tan polémico para la ciudadanía como el del mencionado vial. El anuncio de que el soterramiento original sería reemplazado por un trazado ‘atrincherado’ en superficie, primero, y la decisión del Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible de darle total carpetazo ante las disconformidades vecinales y la oposición de los Gobiernos local y regional, después, pusieron en pie de guerra a buena parte de la sociedad gijonesa, con los barrios occidentales en la primera línea de batalla, y encendieron la mecha de una polémica aún hoy lejos de su finalización. «Es algo sangrante«, insiste Cañete, quien asegura que, «aunque la alcaldesa (Carmen Moriyón, de Foro) haya llegado a decir en un Consejo Sectorial que los datos que le transmiten es que los camiones con mercancías peligrosas ya no pasan, la realidad es que están ahí a diario». Eso, por lo que respecta a la polución, pero el que los transportes pesados crucen diariamente espacios urbanos del occidente gijonés tiene una segunda derivada problemática: los ruidos. De ahí que uno de los deseos para 2025 de Cañete sea que «los Reyes Magos traigan ese asfalto nuevo para Príncipe de Asturias. Es algo que los vecinos necesitan».
En cualquier caso, aun habiendo sido la cruzada más conocida de este año, el vial de Jove no ha sido el único foco de tensión medioambiental. Que el puerto de El Musel «se esté convirtiendo en un polígono industrial en el que entra todo, y la mayor terminal granelera de España cuando se supone que Asturias ya no genera ese modelo de los minerales», es poco menos que hiriente para la Plataforma y la FAV. Una sensación que la nueva barrera anticontaminación, inaugurada en septiembre por la Autoridad Portuaria, no logra mitigar. «Lo que se ha logrado con eso es frenar la volatilidad de las parvas de minerales, pero no que no haya volatilidad«, clama Cañete, a cuyo juicio también es importante que El Musel «haga una inversión grande en cuanto al tratamiento de los subsuelos, que están muy contaminados«. Ahora bien, las malas noticias no han procedido sólo del mar… El giro de timón dado por ArcelorMittal a su proyectada construcción de plantas de reducción directa del mineral de hierro (direct reduction of iron, o DRI), paralizándola en toda Europa ante la presión de la industria china, no augura nada bueno. «Va a ser un freno en el desarrollo de medidas a favor de la salud que, en el fondo, confirma lo que ya hemos dicho: el problema está en el modelo industrial que retenemos, que sigue siendo del siglo XX cuando ya llevamos un cuarto del siglo XXI, y no se está haciendo nada en ese sentido. Y detalles como ‘Naval Azul’ no bastan por sí solos para revertirlo».
¿Significa todo lo anterior que Cañete y los suyos encaran el 2025 bañados en la desesperanza? No, en absoluto. «Personalmente, me quedo con la voluntad de seguir trabajando, y con las buenas intenciones del concejal de Medio Ambiente (Rodrigo Pintueles, del PP), aunque espero muy poco del Gobierno del Principado«, ahonda el líder de la FAV. A escala municipal, y asumiendo la limitada capacidad de maniobra de que dispone un Ayuntamiento como el de Gijón, el frente se halla ahora en actuar sobre la movilidad, imprimiéndole un enfoque más sostenible. Algo a lo que, desde los Ejecutivos autonómico y nacional, podría verse reforzado si se lograse esa alternativa al vial de Jove, aunque Cañete no se engaña. «Estamos hablando a muy largo plazo; se haga lo que se haga, no sería antes de 2027«, teoriza. Aun así, atesora el firme deseo de que el 2025 que está a punto de empezar sea, en el momento de hacer balance, mejor de lo que ha sido 2024 a efectos de luchar por una Gijón en general, y una Zona Oeste en particular, más saludables, limpias y habitables. «Son las líneas en las que nos hemos movido, en las que nos seguiremos moviendo… Y, a fin de cuentas, lo único que pedimos a los Reyes Magos«.