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Repito: se ha comprometido a trabajar para todos; y todos es las 275.000 personas que estamos censados en Gijón
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Queridos lectores: A los que tuvieron la gentileza de leer mi anterior columna les hablé de lo que este humilde gacetillero pensaba que iba a pasar en las elecciones a nuevo presidente del Partido Popular de Gijón. Y parece que mis pronósticos se cumplieron, aunque el ganador lo fue por un margen muy ajustado. Solo 79 votos separaron a Andrés Ruiz y José Manuel del Pino, en unas elecciones muy concurridas: votaron casi 700 militantes de los alrededor de 750 que estaban convocados. Y ahora permítanme un detalle; son las 19,30 del sábado 8 de febrero y estoy en el Palacio de Congresos de Gijón. Por eso les ruego que valoren mi análisis como lo que es: un folio escrito a vuelapluma, mano a mano con mi compañero Borja Pino, quien a la vez les está poniendo al tanto de lo que está pasando.
Mi primera valoración es que el PP de Gijón sale muy fortalecido de estos comicios: en primer lugar porque los militantes se lo han tomado muy en serio a pesar de que, a la hora en que cerraron las urnas (18,00 horas) estaba a punto de empezar en El Molinón el partido (de fútbol, no sean mal pensados) entre el Sporting de Gijón y el Eibar. Sí, ya sé que el campo está al lado pero, sorpréndanse, fueron muchos los que a esa hora acudieron al recinto ferial para seguir el recuento de votos. Y es que hay cosas más importantes que un partido del Sporting. Pocas, sin duda, pero las hay. Y, en segundo lugar, las primeras palabras del vencedor fueron para comprometerse que su programa de gobierno sería exactamente el mismo que el acuerdo firmado por los ediles populares para asumir responsabilidades de gobierno en el Ayuntamiento de Gijón.
Ahí, justamente, esta la clave de esta nueva etapa: que no solo va a haber una absoluta sintonía entre el Grupo Municipal Popular y la dirección del partido en Gijón sino que el presidente del PP local se ha comprometido públicamente a asumir todos -y cuando digo todos quiero decir TODOS- los acuerdos que sus compañeros del Ayuntamiento de Gijón han suscrito con la ciudadanía. Así, remando juntos al mismo ritmo es como Herminio Menéndez y Saúñl Cravioto nos han llevado a la cima del medallero olímpico. ¿No es verdad, doña Ángela Pumariega? Al final un partido político debe ser como un barco; todos deben estar al servicio de la nave. Si los regatistas se dedican -perdonen la expresión- a putearse unos a otros en el barco no solo se consigue nada, sino que la nao puede terminar encallada en el Sella o el Narcea, aunque la regata se estuviera celebrando en Australia. Y claro: “¡Josín, acabo de ver un barco de vela subiendo pa Campucasu!” “¡Fidel, ties que dejar la sidra, que empezar a beber a las 12 de la mañana y seguir co la botella a las 6 de la tarde non ye bueno pal tu coco!”.
Termino con un ruego al recién nombrado presidente del Partido Popular gijonés: tenga usted altura de miras; me refiero a que desde ya trabaje en favor no de todos los militantes sino de todos los gijoneses, votantes o no de su partido. Porque en esto nos va mucho a todos, votantes o no de su partido. Y que sea valiente: que primen los intereses de esta maravillosa ciudad sobre cualquier otra circunstancia. Repito: se ha comprometido a trabajar para todos; y todos es TODOS, las 275.000 personas que estamos censadas en Gijón.