Con una población total de 5.272 vecinos, de los que más de un millar son menores de 12 años, Nuevo Roces no tiene aún colegio, instituto ni centro de salud. Estas son algunas de las principales peticiones de un barrio, que nació hace algo más de 10 años y que ve como “todos los servicios públicos que se nos prometieron están sin cumplir”.
Nuevo Roces, diseñado para 11.300 personas y destinado a abaratar el precio de la vivienda para la gente joven con un 90% de sus inmuebles con algún tipo de protección, está levantado entre dos autopistas. Por un lado, la ronda, y por el otro la Minera. En 2010 llegaban a él los primeros habitantes, y lo hacían con la promesa de todo tipo de servicios públicos. Sin embargo, aún siguen esperando por ellos.
Una década después, sus vecinos creen que el aislamiento y el abandono deben terminar. “El barrio lo forman unas personas que no solo queremos dormir en él, sino vivir”, asegura Miguel Bernardo, presidente de la Asociación de Vecinos Nuevo Roces. Repasamos las peticiones del barrio más joven de Gijón.
Las peticiones de los vecinos de Nuevo Roces
Centro de salud:
Es uno de los proyectos más demandados del barrio y también el más avanzado. El centro de salud de Nuevo Roces, que finalmente será un consultorio médico, comenzará a construirse en el tercer trimestre de este año en el peor de los casos, según comunicó Ana González, la alcaldesa de Gijón.
Los vecinos están actualmente adscritos al centro de salud de Contrueces, que se encuentra ya “sobresaturado”, al haber incorporado unas 4.000 cartillas de Nuevo Roces.
El proyecto del consultorio médico está pensado para poder ser ampliado a medida que se vaya necesitando. Y, en palabras de Miguel Bernardo, “ya nace justito”.Según explica, en tan solo 2 años necesitaría una ampliación, con el tiempo de licitación y obras que eso implica. Por ello, en el barrio solicitan que el proyecto, que ya está redactado en su totalidad, se construya por completo “y se vaya rellenando poco a poco con personal médico cuando haga falta”, siguiendo el ejemplo del centro de salud de Montevil.
Colegio:
El Ayuntamiento de Gijón cedió gratuitamente una parcela municipal de 14.000 metros cuadrados para la construcción de un colegio público de línea 3 (tres grupos por curso) en el barrio. Con una partida de 200.000 euros destinados a licitar el proyecto básico, el siguiente paso es la redacción de los pliegos por parte de la Consejería, pliegos que ya deberían haberse entregada. La alcaldesa ha prometido a los vecinos que hablará con el Principado para que realicen el trabajo cuanto antes.
Por otro lado, desde la Asociación de Vecinos Nuevo Roces apuntan que “ya se debería pensar en un instituto”. Con una “pirámide poblacional perfecta” en el barrio y 1.100 niños menores de 12 años, Miguel Bernardo lamenta la falta de previsión y cree que el próximo año se debe establecer una partida presupuestaria para la redacción del proyecto básico.
Comunicaciones:
Al barrio no solo se le ofrecieron espacios educativos y sanitarios, sino que “nos lo entregaron también con la promesa de unas comunicaciones”. A los vecinos se les habló del tranvía, de un túnel subterráneo y de los enlaces con la autovía, pero la crisis económica lo paralizó todo. Desde la asociación de vecinos explican que no solo la carretera de la Carbonera está sin terminar, sino que “ni por la As-376 ni por la avenida del Llano hay forma de salir andando”.
Además, la pasarela que une el joven barrio gijonés con Contrueces, y que se estrenó en junio de 2020, después de más de 4 años de espera, tan solo llega hasta la carretera del Obispo. “Nosotros pedimos la continuidad en línea recta hacia Gijón”.
Aparcamiento:
Las líneas 15, 20 y 35 (esta última con tan solo 2 frecuencias) son las únicas que tienen parada en Nuevo Roces. Los vecinos solicitan que la línea 16, que pasa al lado del barrio, entre en el mismo para interconectarlo con la zona este de Gijón y con La Camocha. Pero por el momento, el sistema de transporte público del barrio, con una población muy joven, de aproximadamente 35 años de media, que trabaja en polígonos u otras localidades resulta inoperativo y poco atractivo. Por ello, la mayoría de las familias dispone de dos vehículos, «uno que guardan en el garaje y otro que tienen que intentar aparcar», algo que cada vez resulta más complicado.
De las 1.036 plaza de aparcamiento en superficie que hay en Nuevo Roces, tan solo quedan libres 114, un 10% del total. Pero de esas 114 los vecinos lamentan que «76 están libres en sitios donde no hay construcción, sitios inhóspitos y que dan sensación de miedo, especialmente por la noche».
Para la asociación vecinal, «el aparcamiento es un síntoma de la enfermedad de movilidad que tiene Nuevo Roces». A su juicio, «un barrio de tan solo 10 años, con la población al 50% y sin posibilidad de aparcar en otra zona necesita ya de más plazas».
En el siguiente vídeo Miguel Bernardo recorre las calles del barrio por la noche para demostrar «la dificultad» de encontrar una plaza libre. Aún así, el ayuntamiento defiende que los vecinos disponen de 1,01 plazas por habitante entre 18 y 74 años (teniendo en cuenta también las 3.033 plazas subterráneas). La proporción prácticamente dobla la media en la ciudad.
Pantallas acústicas
Después de 6 años pidiendo una entrevista con la Consejería de Infraestructuras por el ruido de la Minera y la ronda Sur, Nuevo Roces ha conseguido trasladar el tema al Principado. Sin embargo, la respuesta no ha sido la esperada.
Los técnicos del Principado de Asturias entienden que las construcciones de Nuevo Roces son posteriores a la existencia de estas vía de comunicación y que, como tal, el promotor de la obra es el que debería de haber aportado en su momento medidas como las pantallas acústicas. En este sentido, Bernardo recuerda que Nuevo Roces fue una operación impulsada desde el Principado de Asturias y el Ayuntamiento de Gijón a través de un plan especial desarrollado por la empresa semipública Sogepsa. «¿Quieren decir que Sogepsa no hizo bien su trabajo?».