«Esto no es fútbol, es un simple esparcimiento para los niños», Diego Junquera, presidente del Gijón Industrial

La Calzada siempre ha respirado fútbol. Ya en 1920, los registros acreditan partidos del extinto Club Calzada en territorios fabriles. De esa semilla plantada hace ya más de cien años, continúan germinando brotes hoy en día. En la actualidad, el valedor del deporte rey en el barrio gijonés es el UD Gijón Industrial, un equipo que sigue encarnando los valores de fuerza, honor, coraje y corazón que recita su himno. La pandemia también ha causado estragos en el equipo de la zona oeste de la ciudad, pero su lucha no se detiene.

Una pelea que, como explica su presidente Diego Junquera, se basa en «muchos malabares, mucho esfuerzo y mucho ahorro«. Y es que la economía es el principal asalto al que deben enfrentarse los equipos de categorías más humildes. El Gijón Industrial compite en la Tercera División Asturiana, una categoría en la que acaba de firmar su permanencia por un año más. A pesar de los buenos resultados deportivos, la economía aprieta. Ante los problemas, soluciones. «Al final, somos más administradores ‘de miserias’ que otra cosa. El camino pasa por intentar ahorrar hasta el último euro«, explica Diego.

Un club en crecimiento exponencial

Junto a su barrio, creció su equipo. El crecimiento de La Calzada vino acompañado de un aumento y mejora de instalaciones que permitieron crecer al Gijón Industrial. En los últimos años, los cambios realizados en El Frontón y en Santa Cruz han permitido que más pequeños opten por quedarse en el barrio a jugar a fútbol, en lugar de ‘emigrar’ a otros clubes de la ciudad. «El tener el campo sintético en Santa Cruz nos permitió ampliar el número de equipos y dar cabida a jugadores que antes no podías acoger«, comenta el presidente.

El Frontón, lugar de entrenamiento habitual de los equipos fabriles, ha sido noticia en los últimos días. La creación del nuevo vial de Jove coincide con parte del terreno de juego, por lo que podría llegar a ser un problema para el club. Una situación que, para Diego Junquera, no es una preocupación mayor. «El Frontón lleva expropiado más de 20 años. A día de hoy y con la experiencia de lo que llevamos oyendo hablar de los viales en Jove, no me parece un verdadero problema a corto plazo». En el caso de que, finalmente, la obra se produzca, se optaría por buscar soluciones para ubicar los entrenamientos del club. «No es una cuestión que me robe energías porque no lo veo como algo factible a corto plazo«, reitera.

Futuro incierto para el fútbol base

Los esfuerzos del Gijón Industrial se centran en la recuperación de la normalidad, una situación que no parece tan próxima para las categorías inferiores como podría parecer. Ahora, los equipos no compiten, simplemente entrenan. Una realidad que frustra a unos y a otros. «Esto no es fútbol, es un simple esparcimiento para los niños. Los entrenamientos se basan en que los niños salgan un rato de casa y jueguen con un balón», explica Diego. Sin competiciones definidas a la vista y sin nadie que aclare el futuro del fútbol base, la paciencia se presenta como el mejor entrenamiento posible.

Pese a todos los inconvenientes que se presentan, Diego Junquera seguirá al mando de la nave fabril. Meditó la opción de dar un paso a un lado en la presidencia del club, pero no era el momento. «La situación actual no era la mejor para pegar el cambio. Quizás, dentro de un año o dos se estabiliza todo y es momento para encontrar el relevo», indica el presidente, que también añade que «hay veces que apetece ver los toros desde la barrera». Por lo pronto, el Gijón Industrial seguirá creciendo de la mano de Diego Junquera. Y, también, de su Calzada. Un barrio que, más de cien años después, sigue celebrando goles como si fueran los primeros.

Borja Fernández es colaborador en miGijón y periodista en Radio Marca Asturias