
«El hockey tiene que luchar por crecer y hacernos más visibles, seamos hombres o mujeres»
Partidos a puerta cerrada en Tokio: «Tenemos a Japón en nuestro grupo así que nos vendría mejor (ríe)»
María López (Gijón, 1990) es sinónimo de sonrisa. Pese a sus 31 años, pronto supo lo que era hacer la maleta para buscarse la vida, una vida pegada a un stick y una bola que le han permitido ganar cinco ligas, cinco Copas de la Reina o medallas en Campeonatos de España o de Europa sin abandonar los estudios para tener “un plan B”. Una mujer de ideas claras que en mitad de una concentración de la Selección Española de Hockey en Valencia y con la cita de Tokio a la vuelta de la esquina, saca un hueco para atender la llamada de MiGijón.
Defínase.
Me considero una persona que intenta estar siempre alegre, ser positiva buscando el lado bueno de las cosas. Soy trabajadora y constante y lucho por lo que quiero conseguir.
Dicen quienes le conocen que es una gran embajadora de Gijón…
Estoy muy orgullosa de Asturias, en especial de Gijón y la gente. Siempre tengo buenas palabras para mi ciudad porque me siento muy orgullosa de dónde vengo.
¿Por qué una niña decide jugar al hockey en los 90?
Fue gracias a mi hermano. Estaba en el campus de verano del Grupo y en ese momento empezaba a jugar al tenis. Mi tía me llevaba a probar distintos deportes, ninguno me enganchaba y mi hermano empezó con un amigo en hockey. Yo por ir un poco detrás de él quise probar. La verdad que tuve unos entrenadores increíbles que me engancharon desde el primer momento y se convirtió en mi pasión.
Sesión fotográfica con la jugadora de la selección española de hockey hierba María López para la revista HockeyDH. Instalaciones deportivas del C.A.R.D. Madrid, 24 de junio, 2014. Fotografía: Ivette Maqueda @
Menos mal que cambio la raqueta por el stick.
No sé cómo me hubiera ido en el tenis, pero estoy muy contenta con la decisión de haber jugado a hockey (risas).
¿Se sintió bicho raro en algún momento?
En el primer año no había más niñas de mi edad. Empecé con 8 o 9 años y a los pocos meses empezaron más. Nunca me sentí bicho raro porque además esas niñas iban a mi colegio, con lo cual nos hicimos amigas y seguimos siéndolo ahora. Por suerte siempre lo tuve muy fácil en ese sentido.
¿Cuándo fue consciente de que se podía dedicar a esto? Con 18 años hizo las maletas para irse al Centro de Alto Rendimiento de Madrid
Desde que tenía 11 o 12 años iba a programas de detección de talento y con 14 años me llaman para jugar el primer torneo con la selección sub16 española. Ahí me lo tomaba en serio porque me encantaba, estar en las categorías inferiores te motiva mucho, pero de ahí a pensar que te puedes dedicar profesionalmente hay un trecho. Cuando me empezaron a ofrecer ir a un Centro de Alto Rendimiento veía que era la forma de poder llegar a cumplir mi sueño: jugar con la absoluta, con clubes potentes de España, ir a unos Juegos Olímpicos…
¿Qué le diría a cualquier niña que quiere dedicarse a este deporte?
Lo más importante es que disfruten de todas las etapas poniéndose objetivos y metas, pero que no hace falta que sean muy ambiciosas porque, al final, es casi hasta contraproducente. Les diría que no dejen el hockey por los estudios porque pueden sacar tiempo para todo, incluso para salir con los amigos. También te hace madurar y gestionar mejor el tiempo que tienes en tu día a día.
Hablando del tiempo, ¿Ha renunciado a muchas cosas por su carrera deportiva?
A estar cerca de mi familia. Hemos pasado momentos muy difíciles y el no haber podido estar ahí con ellos es algo a lo que he renunciado. También me he perdido bodas, bautizos o comuniones de gente cercana. Da pena, pero por otro lado estás haciendo lo que te gusta y luchando por lo que quieres.
Su palmarés es simplemente apabullante. Sin embargo, pese a los títulos y la fama cada vez que vuelve a casa saca un hueco para pasarse por el Grupo. ¿Esto es no perder las raíces?
Puede ser. El Grupo Covadonga siempre me ha tratado genial y de pequeña me hubiese encantado que alguien de la selección hubiera venido. Yo quiero también intentar agradecer, por un lado, todo lo que hicieron por mi y, por otro, darles mis vivencias en Madrid y con la selección. Estoy encantada de hacerlo.
¿Es el Sergio Ramos del hockey?
(Risas) Hay gente que me supera todavía.

Y si le digo que es la Princesa de Asturias ¿me lo puede explicar?
Ese mote ya se me ha quedado por mis compañeras. A veces se me conoce así, es un juego de palabras porque soy de Asturias. No queda mal.
Voy a hacer de abogado del diablo. ¿Qué pasaría si un deportista con más de 170 internacionalidades, cuatro veces mejor jugadora, Copas de la Reina, Ligas … en lugar de ser usted fuera un hombre?
Sinceramente creo que en mundo del hockey estaría igual que yo. Por desgracia es casi más una cuestión de deportes minoritarios y no minoritarios. El hockey tiene que luchar por crecer y hacernos más visibles, seamos hombres o mujeres.
¿Esto llega a generar cierta frustración?
En ocasiones sí. Entre las chicas tenemos conversaciones y todas jugaríamos, y a veces lo hemos hecho, sin cobrar un duro. Lo hacemos por amor a nuestro deporte y es una forma de vida. A veces si te comparas con otros deportes y te da rabia. En ese momento piensas en luchar por intentar estar un poco más cerca de estos deportistas que tienen estas ventajas.
Se me ocurre, por ejemplo, el fútbol masculino que lo copa todo.
Están a años luz. No nos podemos comparar con ellos porque es la cultura española. Lo hemos consumido durante tantos años que es muy difícil que la gente quiera ver otros deportes. Sin embargo, creo que con todas las plataformas online que hay, cada vez hay más facilidades. A lo mejor poco a poco, ayudados por los medios que son nuestro altavoz, podemos intentar ir creciendo en visibilidad.

Le pregunto por los Juegos Olímpicos ¿Se convertirá el diploma de Río en medalla en Tokyo?
Tenemos el objetivo de llegar lo más arriba posible y vamos a salir a competir cada partido. Si cada una está centrada en lo que tiene que hacer los 60 minutos de partidos y da lo máximo que tiene de sí podemos llegar lejos.
¿Sería un bajón una cita de esta magnitud sin público? Es algo que está contemplando el Gobierno japonés debido a la evolución de la pandemia.
Cuando nos enteramos de que el público extranjero no podía viajar a Japón ya nos disgustó un poco porque estar con tu gente apoyándote en las gradas es una motivación extra. Puede ser que nos dé pena, pero prefiero que haya juegos a puerta cerrada a que no haya. Si tienen que jugarse así por la situación, que se jueguen. De hecho, tenemos a Japón en nuestro grupo así que nos vendría mejor (ríe).
Su segunda cita olímpica. ¿Llegará María López a Francia 2024?
Uf, no lo sé porque pueden pasar tantas cosas… Primero que el seleccionador siga queriendo contar conmigo. No he pensado más allá de los juegos y el mundial del año que viene en España es algo que me haría mucha ilusión. ¿A partir de ahí? Iría viendo. Quizá en dos años mis motivaciones son otras y cambio de idea. Es algo que voy a tener que mirar año a y hablarlo con el seleccionador.
Precisamente de su seleccionador, Adrian Lock, me quiero quedar con una frase: “Si alguna quiere ser madre, planificamos, pero que no deje el hockey por ello”. También parece que en la cuestión de la conciliación se ha avanzado…
Lo dijo porque en España en hockey nunca se había dado el caso de que una chica fuera madre y luego siguiese jugando a hockey. Él pensó que debía quedar claro que, si alguien quiere ser madre y luego volver, las puertas de la selección estarán abiertas porque queremos conciliar y que sea algo normal, estuvo muy bien. En Argentina, Alemania, Australia, Inglaterra hay muchas madres que siguen jugando.
(CONTINÚA EN: “Llevaba tanto tiempo separada de mi madre que el confinamiento fue una experiencia de la que disfrutamos”)

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