Ocres, rojos, marrones, naranjas… Los colores tiñen las copas de los árboles y el paisaje se transforma después del verano. El Jardín Botánico Atlántico presenta tantas tonalidades como puedas imaginar, sobre todo a finales de octubre cuando el cambio de hoja se aprecia en todo su esplendor y Gijón se cubre de una espectacular paleta de colores. Cualquier estación es buena para pasear por este museo vegetal con más de 30.000 plantas y 25 hectáreas, pero ninguna como el otoño. El colorido de sus árboles hace la magia.
¿Por qué visitar el botánico en otoño?
- Las alfombras de hojas
Cada año los árboles caducifolios refrescan todas sus hojas perdiendo el follaje al llegar el otoño. Las horas de luz disminuyen, la emisión del sol es menos intensa y, con la ayuda del viento y la lluvia, las hojas terminan poblando los suelos. Entonces, el Jardín Botánico Atlántico de Gijón pone el otoño a los pies de sus visitantes. Desde el suelo hasta la copa de los árboles, una gama cromática de contrastes lo tiñe absolutamente todo. Las alfombras de hojas muestran la estampa otoñal en todo su esplendor.
- El entorno cantábrico
La zona Cantábrica recorre las especies vegetales autóctonas propias de este ámbito geográfico. Hayas, robles, encinas o abedules llenan el espacio en sus diferentes alturas y regalan una postal otoñal de verdes, ocres, amarillos o rojizos. Estos arbustos presentan en el otoño sus colores más brillantes, por lo que es la estación perfecta para descubrirlos. Pasear entre algunos de los árboles más típicos de Asturias te permitirá disfrutar de la mejor explosión de color de la naturaleza.
- Las visitas guiadas
Las visitas guiadas del botánico son la mejor forma de conocer los secretos, la historia no escrita y las muchas anécdotas que jalonan el pasado y el presente no solo del propio Jardín Botánico de Gijón, sino también de muchos de sus ejemplares. La vida nunca se detiene en este museo vivo. Sus especies y colecciones no son estáticas, y cambian de una estación a otra, especialmente en otoño. Desde octubre hasta mayo las visitas guiadas son de martes a viernes a las 12 horas, y los sábados y domingos a las 12:00 y 16:00. El recorrido te acercará a la ciencia botánica, tan antigua como sorprendente, a través de la flora y las valiosas colecciones vegetales que alberga el jardín.
- El jardín oriental de la isla
Este jardín histórico, creado por el industrial gijonés Florencio Valdés en 1870, ha mantenido el trazado original románico y es un pequeño tesoro dentro del botánico. El espacio combina plantas, estanques, riachuelos o pequeñas cascadas para crear un incomparable marco paisajístico. En otoño su jardín oriental se lleva gran parte del protagonismo gracias a algunas de sus plantas como los arces, bonsáis o el ginkgo, un árbol medicinal de colores eléctricos, verdes y púrpuras que llegó a Europa procedente de China en el siglo XIX. Su belleza convierte este rincón en uno de los favoritos para los visitantes que recorren el jardín con el murmullo del arroyo de Peñafrancia de fondo.
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