Fueron detenidos gracias a una espectacular operación, en la que participaron agentes de la DEA (EE.UU) y las autoridades militares de Panamá
La Fiscalía del Principado de Asturias solicita una suma de 69 años de prisión para cuatro procesados, tres peruanos y un albanés, en situación irregular en España, por integrar una red de ‘narcobuzos’ que intentó introducir en Asturias más de 72 kilos de cocaína por el puerto de Avilés en 2020. La vista oral comenzará el jueves 23 de noviembre en la Sección Segunda de la Audiencia Provincial, con sede en Oviedo.
El Ministerio Fiscal sostiene que los cuatro procesados integraban una organización que se dedicaba a realizar los actos necesarios para introducir en España grandes cantidades de sustancias estupefacientes, para su posterior distribución por el territorio nacional. Todos ellos formaban parte de un entramado perfectamente organizado y jerarquizado, en el que cada uno realizaba una función concreta con el fin de distribuir con rapidez las sustancias. Uno de ellos, de origen peruano, era el líder del grupo y el máximo responsable de la operación. Estaba encargado de preparar la logística necesaria para llevar a cabo la misma y dirigía y coordinaba las tareas de los demás miembros de la organización.
En fecha no conocida, pero en todo caso anterior al día 15 de febrero de 2020, uno de los procesaros, desde Perú, llevó a cabo las gestiones oportunas para, junto con los miembros de su organización, introducir en la caja de mar del buque Thomas C.IMO 9450820, dos bolsas de lona que contenían 60 paquetes (30 paquetes en cada bolsa) de cocaína.
El buque tendría como origen el Puerto Callao de Lima (Perú) y como destino el Puerto de Avilés e iba a hacer, al menos, una escala en el Fondeadero de Balboa (Panamá). Posteriormente, y con el fin de preparar la logística necesaria para recuperar la droga del buque, uno de los procesados viajó en avión desde Perú hasta París. Realizó una escala en Ámsterdam, se introdujo después en España por un medio de transporte no conocido y llegó hasta Cataluña, donde se reunió con otro de los acusados.
Una vez en España, llevaron a cabo los preparativos necesarios para buscar alojamiento al resto de los miembros de la organización y proveerse de medios de transporte con los que desplazarse. A su vez, se encargaron de adquirir los medios materiales necesarios para realizar la operación, en concreto, equipamientos para la práctica del buceo, con aletas, gafas, bombonas, pesas de lastre, cuchillos, trajes de neopreno, etc. Las autoridades militares de Panamá tuvieron conocimiento de la existencia de la carga ilegal en el buque por la Agencia Antidroga de EE UU (DEA). Tras recibir la información, contactaron con la Fiscalía Superior de Drogas de Panamá para llevar a cabo una actividad encubierta e identificar a los responsables del alijo, consistente en retirar los 60 paquetes de la sustancia estupefaciente que se encontraba en las dos bolsas dentro de la caja de mar del casco de estribor y reemplazarlos por otros 60 paquetes de similares características, en los que se introdujo una sustancia inocua para la salud.
A su vez, incorporaron un dispositivo con sistema de posicionamiento global (GPS) para conocer su ubicación en todo momento. La operación se llevó a cabo el 15 de febrero de 2020 por buzos profesionales del Servicio Nacional Aeronaval de la República de Panamá, con la coordinación de la Fiscalía Superior de Drogas. Una vez que se sacaron las bolsas a la superficie, fueron custodiadas hasta que se entregaron en el Laboratorio de Sustancias Controladas del Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses de Panamá. Tras el análisis de las sustancias aprehendidas, el laboratorio emitió informe pericial en el que se concluyó que los 60 paquetes intervenidos contenían una sustancia que resultó ser cocaína, arrojando un peso bruto de 72,14 kilos.
Sobre las 02.00 horas del 12 de marzo, dos de los acusados, debidamente equipados con equipos de buceo, se introdujeron en el mar y accedieron hasta el barco, donde recogieron del interior de la caja de mar del buque las bolsas de deporte que contenían los 60 paquetes con las sustancias sustituidas. A continuación, regresaron buceando a la playa, donde fueron sorprendidos por los agentes, que procedieron a su detención. También detuvieron a otro de los acusados, que en esos momentos realizaba las labores de vigilancia en la orilla contraria a la que encontraban sus dos compañeros.
Posteriormente, sobre las 04.00 horas, los agentes se dirigieron a las proximidades de la vivienda utilizada por los procesados para detener al último procesado, que se dirigía a la vivienda a bordo del Audi A-8, tras una larga persecución policial. La Fiscalía solicita penas para ellos que van desde los 10 hasta los 19 años de prisión.