El animal, de dos kilos, fue hallado solo el sábado por agentes de Medio Rural; tras reponerse exitosamente en el Centro de Recuperación de la Fauna Silvestre de Cantabria, y sin que haya sido posible reunirlo con su madre, ahora se estudia cuál será su futuro

Fue un mazazo para miles de asturianos, tanto dentro como fuera de las fronteras regionales. Hace cinco días el Principado amanecía con la noticia de que ‘Paca’, verdadero icono de la recuperación de oso pardo junto con su hermana, ‘Tola’, fallecida en 2018, era sacrificada por orden del Gobierno autonómico, con el fin de ahorrarle los sufrimientos fruto de su avanzado deterioro físico. Sin embargo, y pese a lo vigente aún de tan triste noticia, hay nuevos focos de esperanza entre los defensores de tan emblemático animal. Y es que el pasado sábado, en el concejo asturiano de Teverga, agentes de la Consejería de Medio Rural rescataban a una osezna de tres meses y 2.090 gramos de peso, que se encontraba sola e incapacitada para regresar con su madre. El animal, bautizado ‘Alba’, fue trasladado de inmediato al Centro de Recuperación de Fauna Silvestre de Cantabria, donde se ha repuesto con éxito, y ahora el Grupo de Trabajo del Oso Cantábrico deberá decidir su destino. En ese sentido, la apuesta del Principado es clara: reintroducirlo en el Oriente asturiano.
Según fuentes del Ejecutivo regional, el esbardo fue localizado el miércoles, aislado de su familia y en un área transitada por los humanos. De inmediato, se suspendió el acceso tanto a las rutas de senderismo como a los puntos de escalada del entorno, y durante las jornadas siguientes se efectuó un seguimiento de ‘Alba’, a fin de confirmar si lograba, o no, regresar con los suyos. Los agentes llegaron a desplegar un dron para monitorizar sus movimientos e, incluso, se valoró la opción de propiciar un acercamiento asistido, algo descartado de todo punto por el riesgo que supondría para los profesionales, tanto por lo escarpado del lugar, como por los riesgos que entrañaría una interacción en el comportamiento de los demás osos. Así las cosas, el sábado ya no se pudo aguardar más; ante la imposibilidad de la osezna de retornar con su madre, y después de haberla localizado definitivamente, en la madrugada de ese día fue rescatada, llevada a una clínica veterinaria de Oviedo y, confirmado que no presentaba heridas, derivada al Centro de Recuperación de Fauna Silvestre de la comunidad vecina, donde permanece desde entonces.
Ahora la pelota está en el tejado del Grupo de Trabajo del Oso Cantábrico, que trabaja en coordinación con la Dirección General de Planificación Agraria, órgano competente en materia de fauna silvestre en Asturias. Serán sus miembros los que decidan cuál será el destino final de ‘Alba’, si bien el Gobierno apuesta por su reintroducción en el Oriente del Principado, lo que convertiría a la osezna en un valioso refuerzo genético para apuntalar la pervivencia de la especie. A ese respecto, desde la Consejería de Medio Rural afirman que su postura es motivada «por criterios técnicos y por el principio de precaución, con el objetivo de salvaguardar el bienestar del animal, garantizar la seguridad de las personas participantes y contribuir a la conservación del oso pardo cantábrico». Por su parte, desde organismos como la Fundación Oso Pardo no se han presentado objeciones hasta el momento.