El gijonés, artista especializado en modelado 3D, analiza la situación de una profesión en constante cambio
En el mundo del cine, los videojuegos y otros ámbitos que dependen de las imágenes generadas por ordenador, los efectos visuales se han convertido en una parte fundamental. El gijonés Álvaro Prendes, un profesional especializado en modelado 3D y otras ramas de los efectos visuales, considera que la industria está en constante cambio: “De un año para otro cambian muchas cosas, sobre todo las herramientas”.
Sin embargo, la reciente huelga en Hollywood ha impactado profundamente en el sector audiovisual. “No es el mejor momento. Tras la COVID hubo un boom por la reanudación de proyectos, aunque ahora la industria sigue profesionalizándose y se han abaratado los costes de los programas, lo que permite a producciones más pequeñas acceder a los efectos visuales”.
El modelado 3D tiene un amplio abanico de aplicaciones. “Va desde el cine y los videojuegos hasta la arquitectura, la promoción inmobiliaria, e incluso la reconstrucción de patrimonio arquitectónico”, explica. Además, menciona simulaciones para el sector aeronáutico y su rol en campos emergentes como el metaverso. Aunque este último, según comenta, “parece que no ha cuajado por ahora, probablemente por los costes y la falta de adopción masiva”.
“En el sector de la arquitectura y las inmobiliarias, el uso de renders lleva mucho tiempo. Con la llegada de la inteligencia artificial, esto ha cambiado mucho, haciendo más accesibles las herramientas”, señala.
En cuanto al impacto de la inteligencia artificial (IA), Álvaro es pragmático: “Es un poco adaptarse o morir”. Desde su experiencia, utiliza herramientas de IA para brainstorming, generación de imágenes y texturas, lo que agiliza ciertos procesos creativos.
“Herramientas como ChatGPT te ofrecen perspectivas diferentes y nuevas ideas. Además, las IA permiten generar imágenes que quizá no se te habrían ocurrido o que no habías encontrado como referencia”, comenta. También destaca el uso de IA para generar texturas aplicadas a modelos 3D.
Álvaro es realista sobre el panorama local: “En Asturias no hay muchas presencias en efectos visuales. A nivel comercial o de videoclips, quizás algo, pero en producciones cinematográficas, nada significativo”. Aunque reconoce algunos esfuerzos para impulsar la industria en regiones más pequeñas, las grandes ciudades como Madrid y Barcelona siguen atrayendo la mayoría del talento y las oportunidades.
El trabajo remoto también es un modo de vida en este campo: “Aunque deslocalizar completamente es difícil, conozco personas que trabajan de forma casi 100% telemática”. Explica que muchas empresas utilizan granjas de render para procesar el trabajo, lo que permite que parte del equipo trabaje desde cualquier lugar. “Cada vez hay más ofertas que permiten trabajo remoto, porque saben que eso es un punto importante para atraer talento”.
Desafíos del modelado y el futuro profesional
Para Álvaro, uno de los mayores retos es la animación: “Es lo que menos he tocado y lo más difícil de replicar. Sin embargo, todas las ramas requieren tiempo y aprendizaje constante”. En cuanto a su enfoque profesional, apuesta por un perfil generalista. “Me gusta variar de herramientas y técnicas; eso lo hace más llevadero y me permite un mayor peso creativo”.
También explica que herramientas como ZBrush, Substance Painter y Vray son indispensables para su trabajo. “ZBrush es el estándar para esculpir anatomía y modelos orgánicos; Substance Painter se utiliza para texturas, y Vray es uno de los motores de render que suelo usar”.
Álvaro también reflexiona sobre la industria del videojuego en España: “Con el boom de los indies hay un nicho, pero la productividad y el tejido empresarial no son suficientes”. Considera que España perdió una oportunidad clave entre 2000 y 2010 para consolidar una industria equilibrada con estudios pequeños, medianos y grandes. “Ahora hay demasiada gente queriendo entrar a un sector que no ha sido suficientemente explotado”.
Asimismo, cree que existe sobre el estigma que a veces rodea a los efectos visuales. “Muchos directores de cine presumen de no utilizarlos, pero sus películas cuentan con el trabajo de decenas de artistas. Hay mucho ‘hate’ contra los efectos visuales, pero quienes conocen el sector saben que son esenciales”.