La alcaldesa ha recordado que el paseo del Cervigón se renombrará en honor a la escritora, quien llegó a ser una de las referencias literarias de la segunda mitad del siglo XIX y de principios del XX

Ayer, hoy y, con esfuerzo y buena suerte, también mañana Gijón puede alzar la cabeza con orgullo por el vasto bagaje cultural que su dilatada historia aglutina. Pintores, escultores, cineastas y, sí también escritores conforman un abanico de nombres y logros admirado dentro y fuera de la ciudad. Y en el plano puramente literario, pocos de ellos han destacado tanto como el de Rosario de Acuña y Villanueva (1850-1923), una de las autoras de vanguardia en las segunda mitad del siglo XIX y en los compases iniciales del nueve, y a quien se ha dedicado la exposición ‘Rosario de Acuña. Una aproximación desde el archivo de Xosé Bolado’, que desde hoy puede visitarse en el que fue su domicilio, en el camino de los Arces. Una propuesta concebida para honrar a la madrileña en el centenario de su muerte, y cuya inauguración ha aprovechado la alcaldesa, Ana González, para proponer que el hogar de la literata pase a ser la Casa de las Letras de todas aquellas autoras ligadas de un modo u otro a Gijón.
Reabierta para uso cultural tras largos años clausurada, la casa de De Acuña, la misma en la que pasó sus últimos años de vida, alberga una colección de textos ‘ligeros’, complementados con 75 fotocopias que venían en cajas de cerillas para luego coleccionar, con imágenes de poetisas; entre ellas, por supuesto, la propia De Acuña. Como dato curioso, la fecha de nacimiento figura errada, algo que llevó a confusión en más de una ocasión. Finalmente, cuenta con muchos de los trabajos publicados sobre ella, incluidos como piedra fundacional de una exposición que sus comisarios, Macrino Fernández Riera y María José Lacalzada, esperan que esté «viva» y que crezca con futuras incorporaciones de material. Hasta entonces, el conjunto da la medida no sólo de la obra, sino también de la personalidad de una mujer largamente definida como una adelantada a su tiempo.
«Fue una mujer que pensaba, y que vivía de acuerdo con lo que pensaba», ha destacado González, para quien la muestra es una manera de «acercar su pensamiento, de explicar el por qué de su compromiso con la clase trabajadora y con la naturaleza». En ese sentido, la regidora ha enfatizado la manera de vivir de De Antuña, «absolutamente única», en la que primó «su activismo»; prueba de ello fueron los muchos apoyos que recibió en vida, como el del Ateneo Obrero, que la ayudó a convertirse en vecina de Gijón». Un conjunto de méritos por los que opina que la vivienda debería servir de espacio de reunión para otras creadoras vinculadas a la localidad. Al final, mantener vivo el pensamiento de las personas singulares es muy importante para que los pueblos no sólo tengamos memoria, sino que aprovechemos lo que otros realizaron para hacernos mejores como comunidad», ha concluido.
Pero los actos en honor a De Antuña no quedarán ahí. González ha recordado que se colocarán las placas con su nombre en el paseo del Cervigón, que pasará a llamarse paseo de Rosario de Acuña y Villanueva, en cumplimiento de un acuerdo plenario de 1990. Y es que, a lo largo de este año, el Consistorio gijonés ha ido haciendo «muchas pequeñas cosas» relacionadas con la librepensadora madrileña, pero cada una «como un gran homenaje a Rosario de Acuña». Entre ellas, ha aludido a la felicitación navideña, a los actos del Día Internacional de la Mujer y, por último, a la representación de una obra teatral a cargo de alumnos de la Escuela Superior de Arte Dramático (ESAD).