Un hombre encapuchado trató de abrir a patadas la puerta de acceso, causando daños por valor de 2.500 euros, aunque desistió al cabo de pocos golpes y se dio a la fuga
El ánimo de Jesserson Rodríguez oscila hoy entre el alivio y la indignación. Mediada la mañana, como cada día, ha abandonado su domicilio y se ha encaminado al Lía Restaurant, el negocio hostelero que, desde noviembre de 2019, regenta en la calle Pola de Siero. Un viernes cualquiera, una jornada de trabajo cualquiera… Hasta que, al llegar frente a su negocio, ha encontrado la puerta de entrada parcialmente reventada, con el cristal quebrado y daños por valor de 2.500 euros. Ese ha sido el resultado de un intento de asalto perpetrado esta madrugada por un sujeto encapuchado, y que, afortunadamente para Rodríguez, no ha llegado a más por la incapacidad del delincuente para acceder al interior del local.
Las imágenes grabadas por la cámara de seguridad son la prueba palpable de un suceso tan desagradable por las intenciones, como patético por el resultado. Alrededor de las 5.50 horas el atacante llegó frente al restaurante, se puso la capucha para cubrir parcialmente su rostro y, tras mirar a uno y otro lado unas cuantas veces, como si se estuviese pensando lo oportuno o no de seguir adelante, la emprende a patadas y golpes con la puerta. Ni arietes, ni barras de hierro, ni tan siquiera una humilde papelera arrancada. El resultado era de esperar; catorce puntapiés y seis empujones después, el sujeto desistió de su objetivo y se alejó tranquilamente de la escena.
«Mucha voluntad no parecía tener, la verdad», opina Rodríguez, satisfecho de que, a la postre, no se consumase una acción que podría haberle supuesto pérdidas mucho más valiosas. De hecho, ha sido la primera vez que le ha pasado algo así; «menos mal que la puerta del negocio es buena. Que la cerradura aguantase me ha salvado la vida», agradece, si bien ahora «tendré que estar unos días cerrado, porque los clientes no quieren comer con el comedor abierto». Por parte de las autoridades, ahora el caso está en manos de la Policía Nacional, que esta mañana acudió a tomar huellas y recoger pruebas. La investigación se dirige ahora a tratar de identificar al asaltante, al que se podría imputar un delito de daños.