Mientras el Gobierno y la Unión Rural Asturiana trasladan su pesar a los familiares de los tres fallecidos y a los heridos, UGT y CCOO exigen «investigaciones exhaustivas» para esclarecer las causas del derrumbe de la nave

Tragedia, llanto, investigación… Y depuración de responsabilidades, Es la triste sucesión de acontecimientos que, como los eslabones de una oscura cadena, define cada nuevo accidente laboral. Y ya son demasiados los que se han sucedido en Asturias en el pasado reciente. El último, este mismo jueves, después de que el techo de una nave en obras, perteneciente a Ganadería Cancello y emplaza en Coaña colapsase y se desplomase, matando a tres trabajadores e hiriendo a otros tantos; uno de ellos, en estado grave. Menos de veinticuatro horas después, la región en bloque sigue llorando a los fallecidos, con edades comprendidas entre los 60, 52 y 46 años, y con domicilios en Tineo, Tapia de Casariego y Gijón. Y cada vez son más las voces que se están alzando para pedir, como tantas otras veces, no sólo una investigación en profundidad del suceso, sino medidas inmediatas y eficaces que pongan fin a lo que ya muchos califican como una inquietante sangría.
«Una vez más, Asturias vuelve a vestirse de luto por la pérdida de vidas humanas en el ámbito laboral; hace menos de dos meses despedíamos a cinco mineros fallecidos en Cerredo, y hoy lloramos la muerte de tres trabajadores que jamás volverán a casa», declaraba ayer, poco después del accidente, el secretario de Salud Laboral y Medioambiente de la Unión General de Trabajadores (UGT) en la región, Marino Fernández, no sin antes trasladar su «más sentido pésame y solidaridad» a las familias de las víctimas mortales y a los heridos. Pero la reflexión va mucho más allá. A juicio de Fernández, lo sucedido en Coaña evidencia «la insostenible precariedad» que acosa al sector, razón por la cual, aparte de una investigación «rigurosa e inmediata», en UGT exigen «medidas eficaces» de prevención, y una mayor vigilancia para garantizar la seguridad en las obras. «No podemos seguir normalizando que se pague con la vida el pan de cada día. Todo accidente laboral es evitable si se refuerzan los recursos públicos y se blinda la seguridad en el trabajo», zanjó Fernández.

Casi al mismo tiempo, un mensaje análogo llegaba desde Comisiones Obreras (CCOO) de Asturias. Su responsable de Acción Sindical, Damián Manzano, comparecía para confesarse «profundamente consternado», como todos los afiliados al sindicato, por el hecho y su alcance… Y para alertar con vehemencia sobre el arraigo que los sucesos en el ámbito del trabajo está teniendo en la región. «La siniestralidad laboral es una pandemia en el mundo del trabajo en Asturias; hay que erradicarla», sentenció, tajante, Manzano, poniendo el foco en que el 2025 en curso está siendo para el Principado un año «aterrador» en lo concerniente a esos accidentes, con, al menos, nueve fallecidos en varios de ellos. De ahí que, como UGT, en CCOO se sumen tanto a las condolencias, como a la reclamación de una investigación profunda, seria y eficaz, seguida de la debida exigencia de asunción de responsabilidades, y de la implementación de medidas para atajar el generalizado problema.
Desde el flanco institucional, a las muestra de pésame se sumaban las de la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, que desde Bilbao advirtió que estos hechos «no pueden pasar en nuestro país», y las del consejero de Medio Rural y Política Agraria del Principado de Asturias, Marcelino Marcos, quien se desplazó al lugar del desplome. Desde allí, incidió en la voluntad del Gobierno autonómico de «acompañar a las familias en estos momentos duros, desear la pronta recuperación de los heridos y estar al lado de quienes hoy sufren una tragedia enorme», y aprovechó para reconocer y agradecer «la labor del Servicio de Emergencias del Principado (SEPA), de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, de la Policía Local y de Cruz Roja, por su intervención en estas horas tan difíciles y por lo que aún queda por hacer». Paralelamente, la Unión Rural Asturiana (URA) hacía público su «más profundo pesar», aunque declinaba sumarse a la petición de responsabilidades, limitándose a pedir que «los técnicos oportunos investiguen al detalle las circunstancias del accidente».