La Fundación Franz Weber defiende la generalización de los controles de alcoholemia y cualquier otra sustancia estupefaciente
Los accidentes de caza producen decenas de víctimas con lesiones de diversa consideración y hasta la muerte. En el caso de Asturias el periodo 2007-2020 arroja un saldo de 21 personas damnificadas, de las que al menos 5 fallecieron, 10 con lesiones graves, 6 leves y el resto no se determina. Por un total de 30 incidentes, según datos de la Guardia Civil.
De acuerdo con dichos datos, en estos trece años se produjeron numerosos accidentes en la comunidad, siendo Asturias una comunidad en la media de incidentes. En el conjunto del Estado español el número de víctimas mortales asciende a, al menos, 63, con la excepción de Cataluña y Euskadi, mientras que las personas heridas serían 483.
Así, la Fundación Franz Weber destaca que ningún deporte ni actividad al aire libre genera tal nivel de víctimas mortales, por lo que insta a las autoridades a comenzar a establecer controles adicionales a la caza.
En primer lugar defienden la generalización de los controles de alcoholemia y cualquier otra sustancia estupefaciente a cargo de los Agentes del Medio Natural, reduciendo carga de trabajo a la Guardia Civil, así como una mayor labor inspectora para renovar cualquier licencia de caza.
El Reglamento de Armas estatal data de 1993 y en el mismo se permite obtener una licencia a personas menores de edad. Desde los 14 pueden acceder a la denominada AEM, Autorización Especial para Menores, y con cualquier edad se les permite acompañar o participar como espectadores en las cacerías. La normativa asturiana no establece medidas regulatorias adicionales, por lo que los menores participan en condiciones similares a la legislación nacional.