Se pretende mejorar las condiciones de vida de 1.500 familias mediante la provisión de artículos básicos domésticos, sanitarios y de higiene
El Gobierno de Asturias financia con 105.000 euros un programa de ayuda humanitaria de la Agencia de la ONU para los Refugiados (Acnur) que incluye el suministro de kits de supervivencia a la población afgana desplazada residente en las provincias de Hilmand, Bahlan y Kunduz. Esta medida pretende mejorar las condiciones de vida de 1.500 familias mediante la provisión de artículos básicos domésticos, sanitarios y de higiene.
Según ha informado el Ejecutivo en nota de prensa, la población que recibirá los kits ha tenido que huir de sus lugares de origen hacia zonas más seguras por la escasez de recursos económicos y la presión de los conflictos latentes, de modo que estas personas residen ahora en asentamientos informales en condiciones muy precarias.
El proyecto que respalda la Agencia Asturiana de Cooperación al Desarrollo contempla la adquisición y distribución de 1.500 kits básicos de artículos no alimentarios.
Cada uno de ellos incluirá tres mantas, dos lonas de plástico, dos bidones plegables, tres jabones para lavar la ropa, una cocina de gas, un juego de cocina y artículos de higiene (ropa interior femenina, paños higiénicos, jabones y un cubo de metal). El reparto se llevará a cabo a través de comités de distribución y estructuras comunitarias próximas a los asentamientos, compuestos en su mayoría por mujeres. Tendrán prioridad las afganas, las más perjudicadas en al acceso a los recursos y por la vulneración de los derechos humanos en su país. Esto será esencial para que las mujeres adquieran un papel clave en el reparto, así como mayor responsabilidad y capacidad de decisión, de manera que accedan en mayor medida al control de los recursos y vean reforzado su protagonismo.
El proyecto se desarrollará en un contexto de enormes desafíos, sobre todo por la aplicación del maharam introducida con la llegada al gobierno de los talibanes el año pasado, que obliga a toda mujer a ir acompañada por un hombre en cualquier movimiento o desplazamiento.
La ayuda contribuirá a mejorar la situación psicosocial y física de las familias, especialmente de las mujeres y las niñas, al incorporar artículos sanitarios específicos como compresas.
El agua limpia, los aseos básicos y las buenas prácticas higiénicas son esenciales para la supervivencia y el desarrollo. En Afganistán, las enfermedades diarreicas son la segunda causa de muerte de los niños menores de cinco años, después de las infecciones respiratorias agudas.
Una de las formas más eficaces de proteger sus vidas es enseñarles prácticas de higiene adecuadas, especialmente el lavado de manos regular con agua y jabón, y garantizarles agua potable y un saneamiento adecuado. Sin estas medidas, niños y niñas pueden sufrir diarrea y trastornos en el crecimiento, lo que deriva en bajo peso y retraso en el desarrollo cerebral. En Afganistán, dos de cada cinco menores sufren retraso en el crecimiento.
Según el Índice Mundial de Paz y Seguridad de las Mujeres para 2021-2022, Afganistán es el peor lugar para ser mujer o niña: se sitúa en el último puesto entre 170 países, frente al primero ocupado por Noruega. El contexto es peor aún que en Siria o Yemen.
El colapso del anterior Gobierno afgano y la finalización de la toma del país por los talibanes en agosto de 2021 implicaron un retroceso inmediato de los derechos de las niñas y las mujeres, en el acceso a la educación, la justicia, el empleo, los servicios, las oportunidades y la libertad de movimiento.