El programa, iniciado en Asturias en febrero, ha conseguido que un 43% de los participantes viese reducidos sus niveles de glucosa en sangre hasta prescindir de su medicación, y otro 31% mermó su tratamiento; ya se prepara una segunda fase
Desde aquel feliz día en que cierto humano intuyó por primera vez las propiedades beneficiosas que una determinada planta podría tener para la salud, en los remotos tiempos de la Prehistoria, la ciencia de la farmacia ha evolucionado hasta niveles entonces inimaginables, y se ha convertido en el caballo de batalla principal para combatir mil y una enfermedades… Aunque no en el único. Los hábitos saludables también juegan un papel crucial, tanto en el proceso de cura como en el de la prevención, algo que ha vuelto a quedar demostrado gracias a los resultados del programa europeo ‘C4D’ (‘Care for diabetes‘, o ‘Cuido mi diabetes’), que en Asturias desarrolla Consejería de Salud, a través de la Dirección General de Cuidados y Coordinación Sociosanitaria y del Servicio de Salud (SESPA), con el apoyo de la Fundación para el Fomento en Asturias de la Investigación Científica Aplicada y la Tecnología (FICYT) y el Instituto para la Investigación Sanitaria (ISPA). En el marco de dicho proyecto, desde febrero una treintena de personas diagnosticadas de diabetes de tipo dos se han sometido a una serie de rutinas destinadas a mermar la ingesta de medicamentos… Y los resultados han sido esperanzadores. Tanto es así que el 43% de los participantes ha logrado reducir sus niveles de glucosa en sangre, y un 31% llegó al extremo de poder prescindir de su medicación. De hecho, ya se están ultimando los detalles de la que será la fase dos, que comenzará en octubre.
En el transcurso de estos meses las pautas aportadas se han centrado en cuatro grandes campos de actividad: alimentación, actividad física, relajación y sueño. Gracias a ello, además de los datos anteriores, ocho de cada diez personas han aminorado tanto su peso, con una pérdida media de seis kilos, como su perímetro abdominal, con una media de 8,3 centímetros. Un detalle en absoluto menor, puesto que la grasa acumulada alrededor de algunos de los principales órganos causa alteraciones del colesterol, aumenta el riesgo de diabetes, incrementa la tensión arterial y el peligro de trombosis, factores que favorecen el desarrollo de enfermedad cardiovascular. Se confirma así la viabilidad de una apuesta comunitaria que nació en los Países Bajos en 2014, y que, desde entonces, se ha ido abriendo camino en una docena de países europeos, adaptándose a las particularidades de cada territorio. En ese sentido, se trata de la confirmación continental de que una alimentación adecuada, el descanso y el uso de técnicas de relajación mejoran el control de la enfermedad, ayudan a los pacientes a asumir un papel activo en la gestión de su dolencia y reducen el consumo de fármacos de forma segura.
Salud iniciará el mes que viene la segunda parte del proyecto; para ello, en primer lugar constituirá dos nuevos grupos presenciales, de veinte personas cada uno, a los que seguirán en noviembre otros dos, esta vez telemáticos, de quince participantes. Para sumarse es requisito imprescindible estar diagnosticado de diabetes de tipo dos desde hace un máximo de quince años, presentar una edad de entre 20 y 80 años, y sumar más de seis meses de tratamiento farmacológico. A mayores, se tendrá que contar con un índice de masa corporal (IMC) menor de cuarenta, no presentar comorbilidades severas, saber manejar los medidores de glucosa, disponer de destrezas digitales básicas y, muy especialmente, tener motivación para el cambio y compromiso a colaborar. Su duración será de un año, y se puede solicitar más información a través del correo dgcuidados@asturias.org.