La jugadora de bádminton ha reaparecido públicamente para los II Juegos Inclusivos de Madrid, donde ha confesado que prefiere olvidarse del bádminton hasta verse recuperada: «Quiero darme el tiempo que necesite»
Todos la vimos romperse mental y físicamente en la mitad de la pista del Porte de La Chapelle Arena en París hace diez meses, y la sinceridad de su dolor logró conmover prácticamente a todo el país y recordar las injusticias que hacen que a veces no podamos lograr un objetivo pese a haber dado todo lo posible. Por ello resultan importantes aquellos galardones que reconocen el trabajo bien hecho y mantenido en toda una carrera de fondo de triunfos profesionales como es el caso de Carolina Marín y su galardón al Premio Princesa de Asturias 2024 de los Deportes. La jugadora de bádminton ha hablado del reconocimiento que la llevará hasta el Teatro Campoamor el próximo viernes 25 de octubre durante la celebración de los II Juegos Inclusivos, impulsados por la Fundación Sanitas, y ha confesado que espera con «muchas ganas disfrutar cada minuto en Oviedo» y su ilusión al pensar en el acto: «Se me ponen los pelos de punta, es un premio que he soñado».
La campeona olímpica en Rio 2016, tricampeona del mundo y ocho veces campeona de Europa ha explicado que aún continúa emocionada por el cariño recibido de la gente tras la dura retirada en París al sufrir la tercera lesión grave en la rodilla a lo largo de su carrera deportiva. «Me he traído otra medalla, todo el cariño, la empatía de la gente. Si Carolina Marín hubiese ganado otro oro igual se daba por hecho y quizá no se valoraba todo el trabajo, el esfuerzo de detrás, pero la gente ha dado incluso más valor a las lesiones anteriores y lo que he superado para volver a estar tan cerca de lo más alto», comentó en ese sentido.
La de Huelva también confesó durante el evento en Madrid que, tras volver de los Juegos, ha dejado a un lado su carrera mientras se recupera de la grave lesión. Quiere tomarse el «tiempo que necesite» para saber si quiere volver a «coger una raqueta», aunque tiene ya objetivos en mente. «Estoy muy contenta con mi proceso de recuperación, de rehabilitación, cómo estoy llevando los tiempos… Disfrutando de hacer otras cosas. No sé si voy por delante, estoy cumpliendo los tiempos que me han ido diciendo. Ya voy andando sin muletas», informó. La onubense explico que por primera vez desde París volvió al Centro de Alto Rendimiento, pero insistió en que no quiere ni hablar de bádminton después de esa nueva lesión a las puertas de su segunda final olímpica. «Lo iremos viendo poco a poco, hacía tres meses que no pasaba por la Blume, quiero olvidarme un poco del bádminton, una vez que me recuperare, poco a poco, vaya mejor de ánimos, y tenga ganas de coger una raqueta ya llegará ese tiempo», afirmó.
«Prefiero tomarme mi tiempo, sé que esto es un evento de uno de mis patrocinadores, es algo que tenía que hacer por protocolo pero prefiero la verdad dejarlo apartado, centrarme en mis cosas, en mi recuperación, disfrutar de mi familia, abrirme más caminos para mi futuro. No hace falta correr. Es mejor ir paso a paso, el tiempo lo cura y lo dirá todo», añadió la embajadora de Sanitas en unos Juegos Inclusivos donde apuntó que el bádminton y el parabádminton pueden «crecer» juntos. «Es el mismo deporte. Esa mezcla está por ver, crecer, con este tipo de eventos se ha dado un gran paso», afirmó.
Por otro lado, y aunque incidiese mucho en la idea de no apresurarse, Marín apuntó que en 2026 hay un Campeonato de Europa que podría ser un bonito objetivo, más si se celebra en Huelva: «Hay una ilusión muy grande, no una obsesión, con el Campeonato de Europa de 2026. Ya dije que me gustaría competir ahí, ojalá se haga en Huelva, con toda mi gente. Es una ilusión muy grande, pero no sé lo que el futuro me depara. No sé si mi corazón, mi alma, querrán que coja una raqueta de bádminton, quiero darme el tiempo que necesite, ya lo veremos», zanjó.