El Principado ostenta la condición de ser la región de España con el mayor coste promedio por invitado, 267 euros, sobre un total de 21.000 euros de media por boda

Ya se haga por primera vez, o en sucesivas nupcias, contraer matrimonio suele una experiencia digna de recuerdo, a la vez sorprendente, ilusionante, excitante… Y cara. Muy cara, de hecho. Sobre todo, si se vive en Asturias y, lejos de ser alguno de los novios, se es invitado. Porque el Principado ostenta el dudoso honor de ser la comunidad española con el mayor coste promedio por comensal: 267 euros. Esa es la llamativa conclusión a la que ha llegado Carles Torrecilla, profesor de ESADE y autor del ‘Libro imprescindible de las bodas’, y que, muy probablemente, hará a más de uno replantearse, aunque sea un instante, si dar ese paso merece realmente la pena.
De entrada, el pormenorizado estudio que conforma dicha obra, una verdadera guía logística, económica y sociológica de lo que puede entrañar responder «Sí, quiero», sitúa el coste medio nacional de las ceremonias nupciales en 21.000 euros. Eso sí, como todo dato genérico, semejante cifra de nada sirve si no se atiende a las disparidades entre regiones, ya que, como el propio Torrecilla asegura, «existen una gran diferencia de precios entre el norte y el sur. En las comunidades del norte el precio es superior».
Pero esa reflexión tiene su letra pequeña. Así, podría parecer que una boda organizada en la mitad sur de España resultaría más barata; sin embargo, en lugares como Andalucía, Murcia o la Comunidad Valenciana «se suele invitar a más personas, por lo que, al final, la suma general acaba siendo superior». En consecuencia, de poco sirve que en Murcia, la autonomía más económica a efectos del estudio, se paguen ‘sólo’ 167 euros por invitado si, después, el número de personas invitadas se dispara. Y otro detalle importante: al sur de Madrid «se invierte mucho más dinero en los banquetes que en el norte».
Más allá de lo puramente pecuniario, Torrecilla ha detectado durante la elaboración del libro un notable cambio en las tendencias sociales de cara a las nupcias. Tras analizar un gran número de bodas, ha llegado a la conclusión de que «cada vez nos casamos más tarde», si bien, en la actualidad, se celebran «bodas más ‘disfrutonas’, con menos invitados y en las que ya no se invita a los compromisos de los padres, sino que gran parte de los invitados son amigos de la pareja».