La FMSS impulsa un proyecto para facilitar la interconexión entre las personas mayores
Natalia González, concejala de Derechos y Bienestar Social ha anunciado la experiencia piloto que se llevará a cabo en la zona Centro impulsada por la Fundación Municipal de Servicios Sociales (FMSS), para facilitar la interconexión entre las personas mayores. Un proyecto dirigido especialmente a personas mayores de 80 años que viven solas, unas 9.000 en total, en su mayoría mujeres. Se ha escogido la zona Centro porque es donde más se está concentrando el envejecimiento de la población. En los datos ofrecidos se señala que en el año 2012 había un 21% de personas mayores de 65 años en Gijón, mientras que a 1 de enero de este año había casi un 27%.
La edil ha incidido en que ha sido un documento «muy participativo», con la participación de un centenar de mayores, y como grupo motor, técnicos municipales de las diferentes áreas municipales. Así lo ha señalado acompañada de la socióloga de la Fundación Municipal de Servicios Sociales, Carmen Cortijo.
Tomando como partida el diagnóstico de situación, se han elaborado ocho áreas de actuación concretas, con 30 objetivos y 156 medidas diferentes, como pueda ser tejer redes de apoyo. Otro papel fundamental lo jugará la Policía de Proximidad. González ha resaltado que en este documento el enfoque de género está presente «en todo momento», así como el tratamiento de la soledad no deseada, especialmente en las más mayores y que, además, coincide que son mujeres, según la edil.
Esta ha apuntado que se presenta en esta día al Consejo de Mayores para que pueda hacer sus últimas aportaciones, con el fin de que ese documento sea muy participativo y que Gijón siga siendo una ciudad amigable con las personas mayores. Cortijo, por su parte, ha llamado la atención sobre que, pese al envejecimiento de la población de Gijón, la gente se siente «más o menos satisfechas».
El problema mayor es la soledad no deseada y también el que no se sienten muy respetados ni visibles, señalando además que hombres y mujeres no envejecen igual, siendo las segundas más sociables, con lo que los problemas tampoco son los mismos. «Lo más importante es que se sientan representados, oídos», ha señalado, a lo que ha visto importante volver a la idea de tejer redes de apoyo. También hay una insistencia en los mayores para poder vivir de manera independiente, siempre que se pueda, sin tener que ir a una residencia.