Por quinto año consecutivo, ArteFakto Project coordinará mañana una reivindicación colectiva ante el histórico edificio, que el Ayuntamiento ya ha designado como sede de un futuro espacio museístico polivalente
«Año nuevo, vida nueva», reza el dicho. También nuevos propósitos, desde luego… Pero sin por ello perder de vista las viejas reivindicaciones. Y en Cimavilla, quizá el barrio que más bebe del pasado de cuantos forman Gijón, la entrada en 2024 no ha difuminado la que es ya una de sus peticiones más enquistadas: que el antiguo edificio de Tabacalera, en el que el Consistorio pretende construir un espacio museístico polivalente, cuente con una parte destinada a satisfacer algunas de las necesidades manifestadas expresamente por los vecinos. Es por ello que este viernes, desde las 12.30 horas y con la cercana Casa del Chino como epicentro, la iniciativa ArteFakto Project conducirá, por quinto año consecutivo, una reivindicación colectiva en las inmediaciones del histórico complejo, a la par creativa y propositiva, y concebida como una suerte de petición a los Reyes Magos para que la futura misión de Tabacalera sea eminentemente sociocultural… Pero enfatizando la mitad ‘social’ de esa palabra.
«La Tabacalera forma parte del día a día; aportó mucho al barrio y, cuando se cerró, todo el mundo vio lo que se perdió», explican desde ArteFakto. Como muchos de quienes residen en el lugar, sus integrantes todavía tienen muy presentes aquel proceso de participación, abierto en tiempos del segundo mandato de la actual alcaldesa, Carmen Moriyón, en el que «las fuerzas vivas, incluidas las antiguas trabajadoras del edificio, aportaron sus puntos de vista sobre qué usos se le podían dar». Sin embargo, el tiempo ha demostrado que la utilización final escogida «poco tiene que ver con aquella consulta». Tanto es así que desde la iniciativa son tajantes por lo que respecta al impacto del museo en Cimavilla. «Cuando planteas un centro contemporáneo de arte para un barrio con mucha gente mayor, la mayor parte de los vecinos no se va a sentir animada a entrar ahí».
Por eso mismo mañana, mientras cientos de niños hacen cola en el cercano Ayuntamiento para entregar sus cartas a Sus Majestades de Oriente, en Cimavilla se volverá a colgar el mensaje ‘Centro sociocultural’ ante la fachada de Tabacalera. Los propios participantes, reunidos en la Casa del Chino, pondrán en común las letras elaboradas artesanalmente, siempre con materiales reutilizados; las mismas que, alrededor de las 13 horas, comenzarán a colocar frente al edificio. Y las posibilidades para una posible porción del complejo en manos del barrio son amplias: desde una sede para las asociaciones vecinal y de festejos, «que hoy tienen que trabajar en precario por falta de sitio», hasta servicios municipales centralizados, «que aquí faltan y que en otros barrios cercanos, como el centro, están muy atomizados». Sería, en suma, un ejercicio de justa compensación. «Después de toda la vida que se perdió, de las tiendas que cerraron, cuando la fábrica se clausuró, es de justicia que algo allí dentro sea para el barrio», sentencian en ArteFakto. «Es un edificio tan grande, que no concebimos que lo que se haga en él lo sea de espaldas a Cimavilla».