Las intersecciones de la calle Álava con Velázquez y Cigarreres, José Manuel Palacio con Carlos Marx y Juvería con Factoría, provocan no pocos sustos entre los conductores
La configuración del tráfico en Gijón lleva tiempo siendo un tema principal en la agenda de la ciudad, con un protagonismo importante sobre todo en la zona del Muro, con el conocido Cascayu y otras actuaciones muy dirigidas al centro de la ciudad. Sin embargo, en los barrios periféricos los vecinos van denunciando deficiencias y puntos potencialmente peligrosos.
En esa situación, y entre otros muchos casos, se encuentran cuatro cruces. Dos de ellos están en Montevil y, aunque debidamente señalizados, provoca no pocos sustos entre los conductores. El punto en el que se unen la calle Álava y Velázquez suele ser habitual algún que otro toque y muchos claxon. El error es común. Álava tiene dos carriles de una dirección y, cuando uno sale del semáforo del cruce, el coche de la derecha suele pensar que tiene derecho a seguir de frente o, incluso, a girar a la izquierda. No lo indica así la señalización, sino más bien al contrario: el vehículo de ese carril está obligado a girar a la derecha, en dirección a la avenida de Oviedo. Es el de la izquierda quien está en disposición de girar a ambos lados o seguir por la calle Álava.
En el cruce de esta misma calle con Les Cigarreres, de nuevo, surge la misma problemática, más destacada aún debido a que, a partir de ese punto, la calle Álava deja de ser de dirección única. En ese punto, el coche del carril derecho está obligado a girar en dirección a la avenida de Oviedo, no estando permitido que continúe subiendo la calle.
Otro punto que genera discordia es la rotonda de la plaza del Padre Máximo González en dirección al puente de Carlos Marx. Debido a que es una rotonda, la señalización puede llevar a engaño. Los vehículos que salen del semáforo del cruce con la avenida José Manuel Palacio tienen una dirección clara de seguir: el que ocupa el carril derecho debe tomar la dirección del puente, pero en ningún caso puede optar por girar hacia la izquierda, hacia el centro de la ciudad.
El cuarto cruce se encuentra en las inmediaciones del polígono industrial de La Peñona, en las calles de la Juvería y la Factoría. Aquí ya no es un problema de interpretación del tráfico, sino de visibilidad. En un cruce con un alto nivel de camiones y coches, el vehículo que se dirige desde la calle de la Factoría hacia la carretera GJ-10 tiene un stop primero y un ceda el paso después. Es aquí, justamente, donde encontramos el problema. La visibilidad es un hándicap, puesto que la incorporación desde la calle de la Juvería queda para el otro vehículo en un ángulo muerto. El conductor que se frena en la señal de ceda tiene que girar el cuello más de 90º para comprobar que tiene el paso libre.