La heredera al trono accederá este mismo jueves a la histórica institución, ubicada en la localidad pontevedresa de Marín, y permanecerá en ella hasta que, el próximo enero, embarque en el buque escuela ‘Juan Sebastián Elcano’
Cierta tradición militar, profundamente arraigada desde hace no menos de tres siglos en las flotas de guerra de la mayoría de países del mundo, establece que, con la llegada de la temporada estival (las fechas varían en función de cada país), los uniformes azules, icónicos entre los marinos en los meses de invierno, han de ser guardados en taquillas o petates, y reemplazados hasta el fin del verano por atuendos de inmaculado color blanco. Se trata, como tantos otros hábitos del mundo castrense, de un uso constante, repetido año a año, tan aparentemente inquebrantable como la orden de un oficial… Pero que, en el caso de Leonor de Borbón, durará poco. Porque será hoy jueves, a poco más de un mes para el fin oficial del estío y el regreso del azul, cuando la Princesa de Asturias sustituya el verde del Ejército de Tierra por el blanco veraniego de la Armada, iniciando la segunda fase de su preparación en el oficio de las armas: la que mantendrá a la heredera al trono en la Escuela Naval Militar de Marín, en Pontevedra, hasta el próximo enero. En ese momento, como hiciese su padre en su juventud, embarcará en el buque escuela ‘Juan Sebastián Elcano’ para participar en uno de sus cruceros de instrucción, obligatorio para dar por completada su formación náutica, y paso previo a su ingreso en la Academia General del Aire, ya en 2026.
Tal como el capitán de navío Pedro Cardona, comandante del centro pontevedrés, ha confirmado en reiteradas ocasiones ante los medios de comunicación, la realidad cotidiana de la ahora guardiamarina Leonor no diferirá ni lo más mínimo de las de sus compañeros de promoción, sin favoritismos ni privilegios. Así, la mayor de las dos hijas de Felipe VI y Letizia Ortiz será adiestrada en disciplinas tan variadas como matemáticas, ciencias, liderazgo o historia, amén de en áreas más prácticas, como seguridad en la mar, cartografía, navegación o, por supuesto, manejo de armamento ligero, desde pistolas y fusiles hasta ametralladoras y granadas de mano. Eso sí, a diferencia de sus camaradas, recibidos oficialmente el martes por la alcaldesa de Marín, María Ramallo, Leonor llega a la Escuela Naval Militar con algunos de tales saberes ya aprendidos. No en vano, desde el 17 de agosto del año de agosto ha permanecido como alumna en la Academia General Militar, punto de adiestramiento de todos los aspirantes a oficiales del Ejército de Tierra. Allí recibió su sable el 19 de septiembre, juró bandera el 7 de octubre, y se graduó con el rango de alférez este 3 de julio, en una ceremonia en la que, además, su propio padre, el rey, le impuso la Gran Cruz del Mérito Militar.