El museo etnográfico ubicado en Nava organiza ‘Sidras del mundo’, un recorrido a través de las distintas variedades de sidra que se elaboran en otras regiones del mundo a cargo del sumiller Juan Luis García
El sector de la sidra asturiana vive un momento dulce, con regusto a manzana y a innovación, a “cosas grandes”, como dice Juan Luis García, actual jefe de sala en el restaurante Asador de Abel-Casa Farpón y exsumiller de la familia Manzano en Casa Marcial. El profesional gastronómico, afincado en Asturias desde hace 12 años, habla con conocimiento de causa de una industria que ve crecer en una calidad y reputación a la altura de famosas variedades en otras regiones o países, ya que “prácticamente en cualquier rincón del mundo tienen sidra propia”, aunque esta dimensión suela verse eclipsada por la tendencia al consumo local de la bebida. Para Sumiller Murcia, como se le conoce en el mundillo, las propuestas de Viuda de Angelón, Trabanco o El Gobernador no tienen nada que envidiar a marcas como Eric Bordelet, Brännland desde Suecia o cualquier sidra vasca.
La tradición asturiana lleva tiempo empapándose de nuevas formas de hacer y se enmarca en un contexto global del que “debe buscar el reconocimiento que merece sin complejos”. Esta comparativa entre autóctono y foráneo, tradicional y rompedor, es la que propone el sumiller en el taller ‘Sidras del Mundo’, que llevará a cabo el sábado 19 de octubre a las 12.00h como parte de la programación del Museo de la Sidra de Asturias. En él busca que los 25 asistentes que contemplan la actividad “tengan una actitud más abierta a otras variedades”, ya que los asturianos suelen ser más reacios a “aceptar sidras distintas a la natural de toda la vida, que es la que se consume aquí”, aunque poco a poco vaya notando mayor aceptación de otras tendencias.
La verdad es que para sidras, sabores y países. Hay elaboraciones a partir de manzana, pero también pera, membrillo o distintas combinaciones entre las tres aunque también en ocasiones se introduzcan otras frutas. Se produce en Suecia, Alemania, Francia, Canadá… Y de la creatividad nacen tipos de sidra espumosa, de hielo o de fuego, dos tipos que “sorprenden mucho” entre el público que ha participado en talleres anteriores y con los que la gente “siente muchas ganas de probar, despiertan mucha curiosidad”.
En este caso, el murciano comenzará su viaje sidrero por el mundo explicando las diferencias y similitudes que existen entre aquellas que serán protagonistas. También hablará de cada tipo, su procedencia, sus formas de consumo y, tras conocer todos sus entresijos una a una, llegará la cata. En el museo asturiano en general, hacen un balance positivo del taller con el que buscaban llegar a un “público de a pie” no especializado en sidra y ampliar esa imagen única de “la botella, el vaso y el escanciado” que se tiende a crear en el Principado en torno a la bebida. Y también intentar no hacer de menos lo propio; “sidra asturiana sin complejos en el mundo”, como dice el mantra del sumiller.