En el primer caso, el sujeto comercializaba las sustancias en los alrededores de El Molinón, mientras que en el segundo han sido detenidos diez sospechosos; la Policía Nacional ha orquestado ambas operaciones
Hay ‘goles’ que saben especialmente bien, ya sea por lo épico de su ejecución, por lo difícil que es marcarlos, por el despliegue de talento que requieren… Y un poco de todo lo anterior puede encontrarse en el doble ‘tanto’ que la Policía Nacional se ha anotado en su lucha contra las drogas. En dos operativos distintos, un comercializador de estupefacientes de 35 años que operaba en las inmediaciones de El Molinón, vinculado a la peña ‘sportinguista’ ‘Ultra Boys’, ha sido detenido en Gijón, mientras que en Avilés se ha incautado el mayor alijo de heroína encontrado por las autoridades en lo que va de año, además de haber sido arrestada una decena de sospechosos. Todos ellos se encuentran ya en manos de la Justicia.
El suceso acontecido en suelo gijonés tuvo lugar este mismo lunes, fruto de una investigación iniciada a mediados de agosto. En el transcurso de las pesquisas varias fuentes confirmaron a los agentes que cierto hombre aprovechaba la celebración de los partidos de fútbol vender sustancias cerca del estadio, además de atender a sus clientes habituales desde su domicilio, situado en el Cerillero. Una vez identificado el presunto comercializador, y con suficientes pruebas en poder de los uniformados, hace ahora tres días se le detuvo cerca del inmueble; en el momento del arresto llevaba encima 39 envoltorios de cocaína preparada para su venta, sesenta euros en efectivo y un teléfono móvil, mientras que en el domicilio se localizaron otros 15.830 euros en billetes, 150 gramos de cocaína repartida en ochenta bolsas, 180 gramos de MDMA en otros dieciocho envases, y quince pastillas de éxtasis y dieciséis más de viagra, todas ellas preparadas para la venta al por menor. Finalmente, también se localizaron 700 gramos de sustancia de corte, una báscula de precisión y material para su manipulación. El acusado está en prisión.
Semejante botín es importante, qué duda cabe, pero palidece ante las cifras registradas en Avilés. Allí, tras meses de trabajo, la Policía Nacional echaba el guante el pasado miércoles a seis hombres y a cuatro mujeres, pertenecientes al mismo clan familiar, que operaban desde el barrio de La Magdalena. Lo incautado constituye, de largo, el mayor alijo que se ha hallado en territorio asturiano en este 2024: 12.000 dosis de heroína y otras mil de cocaína, que podrían alcanzar en la distribución al menudeo un valor de unos 230.000 euros; también efectos utilizados para la manipulación y distribución de los estupefacientes, 5.400 euros en metálico procedente del tráfico ilícito, un revólver de fogueo y varias armas blancas, incluido un machete y varias navajas de diferentes tamaños. Pero sus actividades no se limitaban a las drogas… También fueron requisados productos de alimentación, de cosmética, de limpieza del hogar y pequeños electrodomésticos, de los que se presume una procedencia ilícita, o como resultado del narcotráfico. Especialmente llamativos fueron 52 estuches, 67 cajas y 166 frascos de perfumes de lujo y alta gama, dos televisiones de 85 pulgadas, dos consolas Play Station V, una Nintendo Switch, 167 litros de aceite en 115 botellas o recipientes, 152 botes de suavizante en perlas, 104 botes de champú, 47 cápsulas para lavadoras de la marca Ariel y multitud de envases de jamón de bellota, lomo y chorizo ibérico. El valor conjunto podría alcanzar los 45.000 euros.
Nada de todo lo anterior se logró sin esfuerzo, desde luego. Los agentes tuvieron que investigar durante meses, ya que el clan familiar sospechosos tomaba altas medidas de seguridad, dificultando la identificación plena de sus miembros, sus funciones dentro del grupo y la obtención de medios de prueba. Es más, tras la desarticulación en junio de otro punto de venta de drogas en La Magdalena los investigadores tuvieron que extremar las precauciones para no ser detectados por los delincuentes y sus colaboradores en la zona. No obstante, pronto comenzaron a cosecharse los primeros frutos. Así, se supo que la organización se estructuraba en varios niveles, con funciones delimitadas: mientras unos se dedicaban a la adquisición de la droga y a la gestión de las ganancias, otros se encargaban del transporte y la ocultación, un grupo más asumía la preparación de las dosis, y otro, la venta directa de los estupefacientes, utilizando para ello varios puntos de venta y diferentes horarios, tanto diurnos como nocturnos.
‘Narcoviviendas’ fortificadas
Por si fuera poco, los traficantes pretendieron convertir sus ‘narcoviviendas’, o pisos en los que se distribuía la droga, en inexpugnables, con puertas de extrema seguridad atrancadas en su parte interior con barras o grandes listones de madera, y se dotaron sistemas internos de videovigilancia para controlar las entradas y salidas de cualquier estancia. Seis de los principales traficantes investigados fueron detenidos en otras operaciones antidrogas desarrolladas en los años 2019 y 2020, de lo que se presume que fue la experiencia adquirida la que les impulsó a adoptar tales medidas de seguridad. También se observó que el clan familiar se aprovechaba de terceras personas con alguna discapacidad, o con necesidades económicas, para que llevaran a cabo la función de más riesgo: la venta directa de la droga a los consumidores. A los arrestados se les imputan delitos de tráfico de drogas, de receptación y de pertenencia a organización criminal.