El acusado habría asesinado a su yerno, del que su hija se estaba divorciando, asestándole 25 puñaladas
El hombre acusado de asesinar de 25 puñaladas a su yerno, del que su hija se estaba divorciando, ha declarado este lunes en el juicio que «pinchó» a la víctima «en la barriga» después de que este le «cogiese en volandas y le tirase contra el fregadero» y ha explicado que lo hizo «con un cuchillo que encontró allí», sin saber precisar si estaba sobre la encimera o el fregadero. Dijo además que lo hizo después de acudir a casa de su yerno con la intención de aclarar el tema por el que discutieron el día anterior.
El procesado, que ha respondido a las preguntas de todas las partes, ha explicado que el día antes del crimen, su yerno le trasladó en coche a casa de su hermano en Ujo. En ese traslado, según ha explicado, su yerno le acusó a él y a su mujer de ser «los culpables de todos sus problemas» y amenazó con matarles a ambos «si los planes –respecto a la custodio del niño– no le salían como el pensaba». Ha indicado que «no le dio pie a responder porque no le dejaba hablar».
Al día siguiente, tras dormir en casa de su hermano, se dirigió a primera hora a casa de la víctima «para tratar de hablar con su yerno y solucionar el problema». Cuando le abrió la puerta estaba en calzoncillos, por lo que esperó en la cocina a que se vistiese. Una vez allí la víctima le contestó mal. «Me dijo yo contigo no tengo nada de que hablar hijo de puta, me cogió en volandas y me tiró contra el fregadero, vi un cuchillo allí y lo cogí y ‘claveilo’ en la barriga, no me doy cuenta de cuantas veces lo pinché ni lo que hice tampoco. Al ver salir sangre ya no recordé nada más, no me doy cuenta de si di una o más, marché para la policía, no me acuerdo de más nada», ha insistido el acusado.
De lo que sí se ha mostrado convencido el acusado es de que no llegó a la casa de la víctima con ningún arma. «Yo no llevaba nada, llevaba la chaqueta abrochada y seguía abrochada cuando llegué a comisaría, no llevaba bolsa ni llevaba nada», ha dicho. Ha añadido que tampoco sabe si su yerno «estaba muerto o vivo, cuando salió para la comisaría». «Lo único que se es que le di una puñalada». Tampoco recuerda qué hizo con el cuchillo, aunque ha indicado que «le parece que fue directo de casa a la comisaría». «Yo no me doy cuenta de lo que hice, sólo se que aparecí en la comisaría», ha explicado ante el juez y los miembros del jurado. Ha asegurado que «nunca se metió en el divorcio de su hija y su yerno» y tampoco en el asunto de la custodia del menor.
Declaraciones de los testigos
El policía que el día de los hechos estaba en la comisaría cuando llegó el acusado ha relatado que el hombre llegó «tranquilo, con las manos ensangrentadas y asegurando que acababa de matar a una persona». El agente que le tomó declaración sin embargo aseguró que «el hombre llegó nervioso y dijo que había pinchado a su yerno y lo había matado».
El agente encargado de comunicar lo sucedido a la familia del acusado destacó ante el tribunal la «frialdad absoluta por parte de la mujer», una cuestión que también destacó el otro agente que les comunicó la noticia. Uno de los policías que acudió a la vivienda del fallecido calificó de «una carnicería» la escena del crimen. La Fiscalía del Principado de Asturias solicita para el acusado 22 años de prisión y 10 de libertad vigilada al acusar al hombre de un delito de asesinato al sostener que decidió terminar con la vida de su yerno, con el que su hija se encontraba en trámites de divorcio y a sabiendas de la mala relación que existía entre ambos.
La acusación particular ejercida por los padres y los diez hermanos de la víctima y representados por Ignacio Botas, reclaman 25 años de cárcel, mientras que la defensa, ejercida por Antonio Pineda, argumenta que la agresión respondió a un ataque por parte de la víctima y pide una pena de siete años de prisión por un delito de homicidio, o 12 años de prisión en caso de ser considerado un delito de asesinato.
Jurado popular
Siete mujeres y cuatro hombres conforman el jurado que tendrá que decidir sobre el acusado. Considera la Fiscalía que el procesado tomó la decisión de acabar con la vida de su yerno con el propósito de «intentar impedir a toda costa» que la víctima pasara el fin de semana con su nieto, tal y como había establecido el Juzgado, que atribuyó la guarda y custodia del menor a la madre y el derecho de visita del padre los fines de semana alternos de cada mes, con pernocta desde el viernes por la tarde hasta el lunes por la mañana.
Fiscalía también sostiene que el acusado llevaba entre su ropa un arma blanca, tipo cuchillo o machete, con una hoja de gran tamaño, y se lo clavó en el abdomen con gran violencia y, a continuación, brutalmente, en la muñeca. Sostiene el fiscal que tras la brutal agresión, el acusado salió de la casa, llevándose consigo el arma homicida, que ocultó y que nunca fue localizada por la Policía. Como consecuencia del ataque, su yerno falleció sobre las ocho de la mañana del 12 de noviembre de 2019.
Sobre las 08.35 horas, el acusado acudió a la comisaría del Cuerpo Nacional de Policía de Mieres y allí reconoció al agente que estaba en servicio de vigilancia en la puerta que «creía» que acababa de matar a su yerno, «pinchándolo en la barriga». El acusado se encuentra en prisión provisional sin fianza por esta causa desde el 14 de noviembre de 2019. El juicio continuará a lo largo de toda esta semana con las declaraciones de otros testigos así como peritos.