El año 2021 se acaba y merece la pena detenerse a reflexionar sobre lo que ha significado para la salud mental, o mejor dicho, para aumentar su visibilidad y normalizar ciertas dificultades psicológicas que algunas personas atraviesan.
Por desgracia, tanto deportistas como no deportistas han sufrido y sufren este tipo de dificultades, y durante estos últimos 365 días varios han sido lo suficientemente valientes como para hacerlo público a los medios y a la sociedad.
Más que el cuerpo, la mente ya no me daba para más, voy a colgar los palos las próximas cuatro semanas y a hacer cualquier otra cosa”
Jon Rahm (Golfista profesional). Fuente: Marca.com
Quiero detenerme en este punto y reconocer su valentía y generosidad. No solo han sido capaces de reconocer que algo no iba bien, afrontarlo y superarlo, sino que también han querido mostrarlo al mundo para normalizar y visibilizar este tipo de problemas. Sus testimonios han ayudado y seguirán ayudando a que personas que se encuentran en situaciones parecidas se sientan comprendidas y acompañadas.
Desde la estadunidense Simone Biles en los Juegos Olímpicos de Tokio allá por el mes de agosto, hasta la tristemente y recién desaparecida Verónica Forqué, hemos sido testigos de cómo los desajustes psicológicos pueden ocasionar consecuencias graves para la salud. Sin duda, merece la pena atajarlos a tiempo y tratar de ponerlos solución.
“Hay un gimnasio para la mente”
Susana Rodríguez Gacio (deportista paralímpica). Fuente: El País
Lo primero que debemos hacer es hablar de ello sin tabús, miedos o prejuicios. Esto facilita el identificar que algo puede no ir bien. Al verbalizarlo, tomamos conciencia de que algo raro puede estar pasando. Esto es la base de todo, lo exteriorizamos y pasamos a verlo de forma diferente, como algo externo a nosotros y de forma más objetiva y con perspectiva.
No tengamos miedo a pedir opinión y consejo. Es importante confiarlo a personas de nuestro círculo cercano y hablar de ello con normalidad como si fuera una molestia en un pie o en una muela. Estos serán los primeros en hablarnos con sinceridad y desde el corazón buscando siempre nuestro bienestar. Loa adultos somos ejemplo y modelo para niños y niñas, y hablar de ello con normalidad también ayuda a educar y formar mentes más tolerantes para el futuro.
¿Recurrió a psicólogos? “Sí, me hizo falta. Hay que darle normalidad. Cualquiera necesita ayuda en un momento determinado de nuestras vidas. Bienvenida esa gente que te ayuda y te levanta el ánimo”
Iñigo Martínez (jugador de fútbol del Athletic Club de Bilbao). Fuente: Marca.com
Además, es importante ser conscientes que al igual que entrenamos nuestra forma física o fomentamos nuestro desarrollo mental con el aprendizaje y la lectura, también existe el entrenamiento psicológico. Éste, no es más que una herramienta más para optimizar nuestro comportamiento y rendimiento.
No es necesario tener problemas psicológicos para trabajar con un psicólogo, solamente necesitamos tomar conciencia de que cuanto más desarrollemos nuestro funcionamiento mental, más fácil y más cerca vamos a estar de conseguir nuestros desafíos. Se trata de poner los procesos cognitivos al servicio de nuestros retos logrando el mayor rendimiento posible.
“Con mucho trabajo y dedicando mucho tiempo, he conseguido esa tranquilidad y estar bien. Tienes que rodearte de buena gente que quiere lo mejor para ti. De mi parte, he trabajado mucho tiempo con psicólogos y eso ayuda mucho”
Paula Badosa (tenista profesional)
En realidad, y aunque este año 2021 haya sido muy positivo, todavía queda mucho camino por recorrer. No hay mejor manera para sensibilizar, normalizar e interiorizar algo en una sociedad como los ejemplos de referentes y modelos competentes, pero es necesario más.
La importancia de la salud mental debe impregnarse poco a poco en todos los estratos de la sociedad. Es necesario alcanzar ese punto en el que nadie, absolutamente nadie, sienta vergüenza por exteriorizar y verbalizar sus miedos, traumas, pensamientos negativos recurrentes o problemas psicológicos en general. No podemos sentirnos juzgados o menospreciados como “débiles” o “flojos” por estar tristes, apáticos o ”bajos de moral”. Simplemente son estados psicológicos temporales que todas las personas podemos experimentar en un momento dado, y que no solamente tienen solución con paciencia y ayuda externa, sino que también pueden convertirnos en personas más completas y autorrealizadas.
“Después de eso supe que no podía mejorar si no dejaba el equipo para trabajar en mi salud mental y salir de esa situación. El baloncesto no era lo que tenía en mente, sino ponerme bien, trabajar en mi salud mental”
Alex Abrines (jugador de baloncesto del F.C. Barcelona). Fuente: El País
Alfonso Rodríguez Fernández
Psicólogo deportivo y coach ejecutivo (Scopum coaching)