Igor Postolache acabó con la vida de la menor, de 14 años en el momento del suceso, en abril del año pasado, después de haber abusado sexualmente de ella
Culpable de todos los cargos. Así se ha declarado esta misma mañana Igor Postolache, el hombre acusado de violar y asesinar a Erika Yunga, de 14 años, en abril del año pasado, en un edificio de Oviedo. Ante la Sección Tercera de la Audiencia Provincial el acusado ha aceptado la condena de prisión permanente revisable por la muerte de la menor, solicitada por la Fiscalía del Principado y por la acusación particular; también ha admitido los doce años y medio reclamados por la agresión sexual. La causa ha quedado vista para sentencia, en lo que podría ser el último capítulo de uno de los sucesos recientes que más han conmocionado a la sociedad asturiana.
El Ministerio Fiscal sostiene que el acusado, de nacionalidad moldava y en situación regular en España, decidió terminar con la vida de Erika tiempo antes de ejecutar su acción criminal. Para ello, estudió los horarios de entrada y salida de la menor de su domicilio, en Oviedo, de forma que llegó a saber que la niña volvía a su casa todos los días del instituto a partir de las 14.40 horas, y decidió que la mejor opción era esperarla un día a su regreso de clase. De esta forma, minutos antes de esa hora del 5 de abril de 2022 el acusado dejó perfectamente bajadas todas las persianas de su domicilio, ubicado en el mismo inmueble que el su víctima, y guardó dentro del cajón de su mesita de noche cinta de embalar y nueve bridas de plástico, por si fuera necesario inmovilizar y amordazar a la pequeña.
Finalmente, cogió un cuchillo de mesa, de once centímetros de longitud y dos de ancho; lo escondió entre sus ropas, salió de su domicilio y esperó escondido a la niña fuera de la finca, en una zona próxima al portal. Cuando Erika apareció y entró en el edificio, el acusado se abalanzó sobre ella por la espalda antes de que alcanzase el ascensor, sin darle oportunidad de defenderse. Entonces le asestó entonces una primera cuchillada, mientras la empujaba hacia las escaleras y le tapaba la boca para que no gritase; la arrastró hasta su piso sin dejar de apuñalarla y, pese a la resistencia que la menor comenzó a ejercer, la introdujo en la vivienda. A partir de ese momento el agresor encerró a Erika en el baño, se desnudó en su dormitorio y regresó junto a la niña, ya inmovilizada por efecto de sus heridas; fue entonces cuando comenzó la violación.
Ensañamiento y violencia innecesarios
Sobre las 15.09 horas una vecina, alertada por la sangre en el pasillo y por los gritos del hermano de Erika, que no dejaba de aporrear la puerta del la vivienda de Postolache, llamó a la Policía Nacional. Los agentes forzaron la persiana de la ventana de la puerta corredera de la cocina y accedieron al piso, sacaron a la adolescente del baño y la colocaron en el vestíbulo, donde intentaron realizarle operaciones de reanimación, aunque sin éxito. La UVI móvil sólo pudo certificar el fallecimiento de la menor, y confirmar que el ensañamiento del agresor superó las puñaladas necesarias para causar la muerte; con un total de 36 heridas, sólo lo hizo para asegurarse de que le causaba un dolor y un sufrimiento absolutamente innecesarios.
Según el informe forense mental del acusado, éste presenta una inteligencia normal, comprende lo sucedido, entiende perfectamente lo que está bien y lo que está mal, y presenta una imputabilidad plena, con rasgos narcisistas. Desde el 8 de abril de 2022 se halla en situación de prisión provisional sin fianza. Además de las penas de prisión, Postolache ha aceptado la obligación de estar siempre localizable mediante aparatos electrónicos, comunicar inmediatamente cualquier cambio del lugar de residencia o trabajo, y no comunicarse, ni aproximarse a menos de 500 metros, de la familia de Erika. Tampoco podrá residir en Oviedo, no en ningún otro lugar en el que habiten padres y hermanos de la víctima. Finalmente, indemnizará a los progenitores con 200.000 euros para cada uno, y a los dos hermanos de la adolescente, con 25.000 euros en total, más los intereses legales correspondientes.