«Tratamos de inculcarles a que vivan con el objetivo de que mundo que les rodea sea mejor con ellos que sin ellos”, señala Aitor Castaño, el coordinador de pastoral del colegio
Este miércoles daba comienzo la Cuaresma, y en el CODEMA de Gijón han querido centrar estos días en reflexionar junto a los chavales sobre la guerra en Ucrania y dar a conocer también labor que la Congregación de los Misioneros Claretianos, gestora del centro, realiza en el país.
“Cada año apadrinamos un proyecto, y el que estamos tocando este año es el de las migraciones europeas. Desde que estalló la guerra en Ucrania trabajamos ambas cosas. En la celebración del miércoles de ceniza, con la que arrancamos Cuaresma, decidimos hablar a los chavales de la paz, del diálogo y de la importancia de construirla entre todos. En definitiva, que vivan con el objetivo de que mundo que les rodea sea mejor con ellos que sin ellos”, explica a miGijón Aitor Castaño, el coordinador de pastoral del colegio.
La Congregación tiene delegación en Truckvest (Ucrania), ciudad a la que, por suerte, aún no ha llegado el conflicto. “Es una ciudad cercana a la frontera de Bielorrusia, y la gente tiene miedo de que entren tropas desde el norte y la guerra llegue también a la ciudad”, señala Castaño. Además, también han podido hablar con compañeros desplazados en Rusia y Polonia, “estamos en contacto con ellos y apoyamos en todo lo que podemos su labor. Desde allí están ayudando al tránsito de los desplazados”.
En cuanto a los chavales, permanecen, “como todos, incrédulos. Es difícil entender para alguien en España lo que supone que, de la noche a la mañana, tengas que coger una maleta con tus padres (o tu madre, ya que en Ucrania los varones mayores de edad no pueden abandonar el país) sin saber a dónde vas. Quizá estamos acostumbrados a verlo en otros países en vías de desarrollo, pero el tema de Ucrania, por cercanía y por ser casi parte de Europa, es más chocante”. Por eso, destaca Aitor, “se trata de concienciar y mentalizar» a los chavales.