Desde el sector acusan tanto a la Casa Real como al Banco de España, autor del encargo, de mostrar «poca sensibilidad» al no elegir a un fotógrafo patrio, especialmente a tenor de la «difícil situación» que viven estos profesionales
Resulta incuestionable que Annie Leibovitz es una de las grandes estrellas de la fotografía mundial. Puede que, a día de hoy, la mayor de ellas. John Lennon, Catherine Deneuve, Sean Connery, Isabel II del Reino Unido… Se cuentan por decenas las celebridades que posado ante el objetivo de esta estadounidense de 74 años, que en 2013 recibió el por entonces aún Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades. Un poderoso currículum que, sin embargo, no ha impedido al sector del fotoperiodismo español clamar contra su elección por parte del Banco de España para inmortalizar a los reyes Felipe VI y Leticia. ¿La razón? Que no se haya antepuesto a un autor patrio; sobre todo, a tenor de las dificultades que la profesión atraviesa en la actualidad.
El encargo, que coincide con el cumplimiento de la primera década del reinado de ambos monarcas, no es novedoso en sí mismo. Periódicamente la institución bancaria nacional reclama la realización de retratos oficiales de esa índole para aumentar sus fondos. La propia familia real es una habitual de los objetivos; sin ir más lejos Letizia fue fotografiada por la española Cristina García Rodero al cumplir cuarenta años. Precedentes como ese no hacen sino echar más leña al fuego de la polémica, reforzando su creencia de que el talento autóctono no está todo lo reconocido que merece. Y desde la Asociación de Fotógrafos Profesionales de España (AFPE) han sido tajantes: «No nos parece bien».
«Es como si contratasen a un chef francés para preparar un menú de gala. ¿Cómo reaccionarían los cocineros españoles?
Quien así se expresaba este mismo jueves, en declaraciones exclusivas para miGijón, era Eva Casasado, presidenta de dicha plataforma. «Leibovitz es una gran fotógrafa, y a mí, personalmente, me gusta muchísimo, pero en España tenemos a profesionales de reconocido prestigio internacional, y no entendemos que se haya recurrido a alguien de fuera», reflexiona. La situación se presta a comparaciones de todo tipo; sin ir más lejos, y parafraseando a uno de sus representados, para ella lo sucedido «es como si, de repente, la Casa Real contratase a un chef francés para que preparase el menú de una de sus cenas de gala. ¿Cómo reaccionarían los cocineros españoles? Evidentemente, no se lo tomarían muy bien…».
A juicio de Casado, es el desconocimiento el que se halla tras esta controvertida decisión. «No es la primera vez que Leibovitz está con los reyes; ya conocen su trabajo y el prestigio que tiene, así que puede que haya sido por eso», plantea. Aun así, como en la legislación, el desconocimiento no exime de responsabilidad. «Deberían haber pensado un poco en la situación que estamos viviendo. Hay fotógrafos a los que les está yendo muy bien, pero son una minoría, y muchos de ellos se mantienen porque el 70% de su trabajo lo hacen fuera», profundiza la representante del sector en España. Los enemigos a batir, aparte del «menosprecio por lo propio», son varios y poderosos. «Uno de ellos es el intrusismo, que nos ha hecho polvo; luego, el hecho de que cada vez más medios de comunicación manden a un redactor a hacer las fotos con el móvil; también ha bajado la calidad de los estándares de los consumidores. Y si metemos en la ecuación a la inteligencia artificial…».
El titular ‘el fotoperiodismo español estalla’ no me parece serio. La AFPE no es una asociación de fotoperiodistas y que su presidenta diga ‘No me parece bien’ no cuadra con el titular. No me parece bien.