Las calles de cualquier lugar no adquieren pleno significado hasta que llevan un nombre consigo que las distingue de las de al lado. Es entonces cuando dejan de ser un simple camino para convertirse en un recuerdo del pasado. Bajo el nombre de muchas calles de Gijón se encuentran personajes ilustres, memorias de fracasos, de guerras, de tiempos gloriosos… En definitiva, calles, plazas o avenidas que más que un nombre tienen una historia. Conocerla es ahondar en todo aquello que la ciudad vivió y que terminó marcándola. La última radiografía del callejero gijonés la publicó en 1999 Luis Miguel Piñera. Su libro ‘Las calles de Gijón: historia de sus nombres’ recoge el origen de esas vías por las que transitamos a diario sin reparar en lo que esconden. Repasamos algunas de las más importantes.
El origen del nombre de las calles de Gijón
Calle Corrida:
El por qué la calle Corrida se llama así siempre ha sido motivo de polémica. Antes de quedarse con el nombre actual, se llamó calle Ancha de la Cruz e incluso durante unos días de 1892 tomó el nombre del Conde de Revillagigedo pero, como indica Piñera en su libro, «la imposición popular la transformó en Corrida». Se cree que esto pudo deberse al corrimiento de unos edificios que hicieron más ancha la vía o a lo transitada, lo corrida, que era y sigue siendo.
Plaza del Instituto:
El comienzo, como no, está ligado a Melchor Gaspar de Jovellanos y a la construcción de su gran obra docente: el Real Instituto Asturiano de Náutica y Mineralogía. El primer nombre que se le puso fue el de La Estacada. Y aunque desde 1979 lleva el nombre de Instituto, es popularmente conocida por todos como la plaza del Parchís, por el diseño que tenían los jardines a la vera del Real Instituto.
Plaza del Carmen:
Piñera se pregunta en su libro si la primitiva plaza del Carmen no sería la que está en el entroque de las calles del Carmen, Cervantes y Numa Guilhou, frente a la antigua capilla del Carmen. Lo que está claro es que la actual primero llevó el nombre de plaza de José Antonio, en honor de Primo de Rivera. Y también fue llamada de Galán, por el militar republicano Fermín Galán.
Calle Álvarez Garaya:
El nombre se debe a Eusebio Álvarez Garaya, que nació en Bernueces y murió en La Habana. Garaya fue benefactor de Gijón al dejar parte de su capital con destino a obras en el hospital de La Caridad, actual hospital de Jove. Primero a la calle se la conoció también como Huerta de Melitón, en honor a Melitón Gonzlález, un empresario y naviero local. El nombre designaba a un conjunto de casas que había hacia la mitad del siglo XIX en la acera de los impares de esta vía.
Plaza del Marqués:
Hace referencia al Marqués de San Estebán del Mar del Natahoyo, cuya casa se conoce hoy como Palacio de Revillagigedo. El primer marqués fue Carlos Miguel Ramírez y Jove, comisario provincial de Asturias. Esta popular plaza fue anteriormente conocida como la de la Barquera, debido a la existencia hasta 1898 de la capilla del mismo nombre, que podría situarse a unos metros al sur de la estatua de Pelayo.
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