Con Vox ausente del Pleno por enfermedad de la edil Sara Álvarez Rouco, el PSOE ha sido la única fuerza en la oposición a favor de un proyecto que requerirá una inversión de casi cuarenta millones, y que generará cerca de trescientos empleos

La máquina que, en un futuro todavía indeterminado, hará posible la construcción en Nuevo Gijón de un hospital perteneciente al Grupo Quirón se ha puesto en marcha este miércoles. En el marco de la sesión ordinaria de este mes del Pleno municipal, el Gobierno gijonés, con el sólo apoyo del PSOE desde la bancada de la oposición, ha aprobado inicialmente la modificación del Plan General de Ordenación Urbana (PGO) para recalificar los terrenos en los que se erigirá el complejo hospitalario, pasándolos a la condición de dotacional privado y ‘zona verde’. Una decisión entendida como un logro por quienes la han secundado, pero duramente criticada tanto por Podemos como por Izquierda Unida, que han denunciado como un «convenio trampa» la permuta que de las parcelas en cuestión se hizo con Quirón en 2022, a cambio de otras que posibilitarían la ampliación del Hospital de Cabueñes. En el tintero ha quedado la postura de Vox, cuya única concejala, Sara Álvarez Rouco, no pudo asistir por razones médicas.
Ha sido Jesús Martínez Salvador, edil de Foro y portavoz del Ejecutivo local, quien ha desgranado los detalles de un proyecto que, sobre el papel, supondrá la creación de cerca de trescientos puestos de trabajo cualificado, además de brindar a la ciudad «unos servicios sanitarios de calidad para aquellos que los elijan, sin menoscabar, eso sí, la sanidad pública». Todo ello requerirá una inversión final estimada en cuarenta millones de euros, un dato que ha aportado la vicealcaldesa y rostro visible del PP en el Consistorio, Ángela Pumariega. De hecho, ha sido ella quien ha calificado de «ambiciosa» esta apuesta de Quirón por Gijón, una «gran noticia» que «generará valor añadido a la ciudad», que «va a revitalizar el barrio» y que servirá de inspiración a otras inversiones. Las últimas muestras de apoyo procedieron de la bancada del PSOE; desde ella, el concejal Constantino Vaquero no ha dudado en describir la modificación del PGO como un «paso necesario», si bien ha advertido de que existen procedimientos judiciales en marcha contra la firma del convenio de la permuta, que «habrá que esperar a ver cómo se resuelven».
Podemos e Izquierda Unida cierran filas de nuevo a favor de la expropiación, y no de la permuta
Porque, de hecho, la materialización final de ese intercambio de parcelas aún no se ha consumado. Si todo va como se espera, el convenio entrará plenamente en vigor a finales de este año, momento en que los terrenos de los que se beneficiará la ampliación del Hospital de Cabueñes pasarán a estar a disposición. Y precisamente de esa agua beben las dudas expresadas por Podemos e Izquierda Unida, sin obviar el carácter privado del futuro complejo hospitalario, igualmente discutido por ambos partidos. En ese sentido, el líder local de Izquierda Unida, Javier Suárez Llana, ha afirmado que el convenio con Quirón «tiene origen en una trampa», al opinar que se vinculó la ampliación de Cabueñes con la permuta de una parcela municipal por una finca sobre la que «una empresa había adquirido derecho prioritario de compra». En definitiva, «se tendría que haber optado por la expropiación, y no por la permuta«; máxime a tenor de que, siempre a juicio de Suárez Llana, «no todas las inversiones son buenas para Gijón. No es buena una inversión para un hotel de cinco estrellas en Cimavilla, el barrio más turistificado; no lo es invertir para construir viviendas de lujo en el ‘solarón’, y no lo es para un hospital privado que parasita y debilita la sanidad pública, y viene a hacer negocio con la salud«.
La defensa enconada del sistema público de salud ha sido la espina dorsal del discurso de Olaya Suárez, edil de Podemos. Tras tachar al Grupo Quirón de «vampiros» que «vienen a chupar la sangre» de los ciudadanos a costa de la red sanitaria pública, Suárez ha expresado su rechazo flagrante a operaciones urbanísticas que «llegan a la ciudad para captar derivaciones de pacientes de la pública«, y que son respuesta al «chantaje» de la permuta, que tendría que haber sido, a su parecer y al igual que lo expuesto previamente por Izquierda Unida, una expropiación.