Construcciones Fercavia cumple con la exigencia del Ayuntamiento y levanta un andamiaje para prevenir la caída de cascotes, si bien su gerencia recuerda que «no ha habido incidentes de esa clase»; se mantendrá hasta que termine la reforma del edificio
Los vecinos del entorno de El Jazmín fueron claros: el histórico edificio, en estado de ruina desde hace años y pendiente de su derribo interior y posterior reforma, no puede continuar así. Al menos, no de fachada hacia fuera, ante el temor de que se produzcan desprendimientos exteriores similares a los ocurridos en el tejado, que puedan causar heridos. Y tanto el Ayuntamiento como la empresa propietaria del inmueble han reaccionado a tales peticiones. En respuesta a la exigencia planteada desde la Concejalía de Urbanismo, Construcciones Fercavia está levantando alrededor del complejo un andamiaje protector, una suerte de paso cubierto pensado para que, en caso de que caigan cascotes sobre las calles que lo flanquean, no alcancen a ninguna persona. El nuevo equipamiento, ya en avanzado estado de instalación, permanecerá colocado hasta que comiencen las actuaciones propiamente dichas, algo que desde la compañía no creen que ocurra antes de 2025.
«Es una medida de seguridad normal, en previsión de que puedan desprenderse partes de la fachada«, aclaran desde la gerencia de Fercavia, si bien insisten en que, hasta la fecha, «no ha habido ni un solo incidente de esa clase en El Jazmín«. Es, por tanto, más un ejercicio preventivo que reactivo, motivado por esa inquietud vecinal a la que dio alas el derrumbe de parte del tejado a finales del mes de agosto. Así, el paso colocado, denominado en el argot del gremio ‘bandeja de protección’, permitirá el tránsito por la calle Covadonga y la plaza de Europa con seguridad. Con ello, tanto la constructora como el Consistorio confían en que se aplaque la preocupación ciudadana, a expensas de que se complete el proceso de modificación del catálogo urbanístico para posibilitar el comienzo de las obras.
Por el momento, la previsión es que esas labores deriven en el derribo del interior del edificio, en el que se construirán sesenta viviendas, previo aumento de la altura en dos plantas y un ático. A partir de ahí, quedaría en el tintero el futuro de la fachada que da a la plaza de Europa, muy deteriorada e inestable, y para la que se autoriza su reconstrucción, siendo como es un elemento protegido. Nada de lo anterior, eso sí, empezará antes de que acabe el año en curso, a menos que haya un golpe de suerte casi milagroso. «Nunca debe decirse imposible, pero quedan tres meses para que acabe 2024, y el margen es escaso; contar, contamos con empezar a trabajar el año que viene«, sentencian en Fercavia.