El asesinato del pequeño Mateo, de tan solo 11 años, en la localidad toledana de Mocejón ha sido la última excusa de algunos para inventar bulos contra las personas migrantes
El asesinato del pequeño Mateo, de tan solo 11 años, en la localidad toledana de Mocejón ha sido la última excusa de algunos para inventar bulos contra las personas migrantes. En concreto, no fueron pocos los vertidos en la red social ‘X’ o en Telegram, donde distintas voces aseguraban que el asesino del pequeño era de origen magrebí, algo totalmente descartado al detener esta semana al asesino confeso del crimen, un joven de 17 años, de nacionalidad española y con una discapacidad psíquica reconocida del 70%. En medio de la polémica, el presidente y fundador de Mensajeros de la Paz, el padre Ángel, ha querido manifestar su profundo dolor ante la creciente ola de mensajes de odio y bulos dirigidos contra los menores extranjeros no acompañados. El sacerdote ha calificado de «miserables» a quienes tachan a estos niños migrantes de delincuentes.
«Me causa mucho dolor», confesó el padre Ángel en una entrevista, un día antes de su viaje a Ceuta, donde se reunirá con el presidente de la ciudad autónoma y la delegada del Gobierno para abordar la delicada situación que atraviesan. Actualmente, Ceuta acoge a 434 menores migrantes no acompañados, pese a contar con recursos para atender a solo 132. El asturiano denunció que, en muchas ocasiones, tanto los menores como quienes los ayudan son objeto de insultos, subrayando que «es de miserables pensar que estos chicos, que vienen solo porque quieren comer y escapar de la muerte, son delincuentes». Frente a los mensajes xenófobos, el padre Ángel espera que quienes los han difundido «estén arrepentidos» y pidan disculpas.
En respuesta a quienes argumentan un «efecto llamada», el sacerdote afirma que su labor no es atraer a más migrantes, sino ayudar a quienes ya están aquí. Criticó la falta de solidaridad y lamentó que no se aprobara la reforma de la ley de extranjería, instando a la sociedad, las instituciones religiosas y las ONG a manifestarse y exigir justicia para estos menores. Así, el de Mieres se muestra seguro de que dentro del Gobierno y los partidos hay quienes realmente quieren resolver este problema, a pesar de las diferencias políticas.