El sujeto, exmilitar y de 35 años en el momento del crimen, permanece en prisión desde mayo 2023, acusado también de haber violado a la prostituta moldava de 44 antes de acabar con su vida
No hay duda alguna para la Fiscalía del Principado: A. F. D., el hombre que permanece en prisión provisional sin fianza desde mayo de 2023, acusado de haber violado y asesinado en Oviedo a la prostituta moldava Tatiana Coinac el 9 de febrero de ese año, actuó «sin que la víctima pudiera prever el ataque, utilizando técnicas militares con gran fuerza y violencia y con intención de causarle el máximo sufrimiento posible». Esas son las imputaciones que se le han trasladado esta mañana al acusado, antaño militar en el Ejército de Tierra y que sumaba 35 años en el momento de los hechos, durante una comparecencia celebrada en el Juzgado de Instrucción Número Tres de la capital asturiana.
En su relato, el Ministerio Fiscal sostiene que el presunto asesino conoció a la víctima, de 44 años, a principios de febrero de 2023 a través de diferentes páginas web de contactos. Ambos mantuvieron un primer encuentro en la vivienda de la mujer, un apartamento situado en la ovetense calle Ámsterdam. Tras aquella toma de contacto el investigado, interesado en mantener un nuevo encuentro sexual con Coinac, contactó por teléfono con ella y acordó una cita en el mismo lugar el 9 de marzo. Llegado el día, el acusado se dirigió al piso en cuestión desde Pola de Lena; la mujer le recibió convencida de que se trataría de un encuentro profesional más. Sin embargo, una vez en el dormitorio, el hombre ató dos fundas de almohada, amordazó con ellas a su víctima y, después, valiéndose de otra prenda, le ató las muñecas.
Con Coinac ya a su merced, el sujeto la violó, utilizando para ello un recipiente cilíndrico para lubricante. Inmediatamente después se colocó detrás de ella y, utilizando la técnica del ‘mataleón’, que dominaba gracias a su formación militar, la agarró fuertemente el cuello entre sus brazos, dejándose caer sobre la cama, con la víctima encima. Así permaneció durante entre siete y diez minutos, hasta que el ahora encarcelado estuvo seguro de que la había matado. Finalmente la trasladó al cuarto de baño, la introdujo en la bañera, la desnudo y llenó el recipiente de agua, antes de abandonar la vivienda. El cadáver fue hallado el 12 de febrero, después de que la madre de Coinac llamase a las autoridades desde Benicarló, inquieta por la ausencia de su hija. Por su parte A. F. D., sobre quien pesaban antecedentes por haber abusado sexualmente de una compañera militar en Jaca, fue detenido dos meses más tarde.