Bienestar Social accede a subir la plantilla mínima en todos los establecimientos que integran el organismo, y a sustituir las posibles ausencias, aunque rechaza aplicar el plus de peligrosidad
Para el Gobierno asturiano y para el comité de empresa de la red Establecimientos Residenciales de Asturias (ERA) ha llegado, por fin, el momento de enterrar el hacha de guerra. Tras una dilatada protesta por parte de las trabajadoras de dicho organismo, materializadas en el encierro protagonizado desde hace dieciséis días por esas mismas empleadas en su sede, ayer el comité y el área de Bienestar Social alcanzaron un acuerdo por el que una de las dos peticiones, la subida de la plantilla mínima en todos los centros residenciales, y la sustitución de las posibles ausencias, fue aceptada por el Principado. En el tintero queda aún, no obstante, la aplicación del plus de peligrosidad en las nóminas, aspecto al que el Ejecutivo regional no ha accedido, y al que, pese a la paz recién lograda, las trabajadoras no renuncian.
«Estamos satisfechas por haber llegado a un acuerdo con el comité de empresa que, por nuestra parte, da por finalizado el encierro y el conflicto», manifestaba, a última hora de la tarde de ayer, Nerea Monroy, gerente del ERA. Sin negar que la negociación sostenida estos días ha sido «intenta», su conclusión es que, «al final, los acuerdos son buenos para todas las partes». Ahora sólo resta «seguir trabajando, que es lo que nos corresponde, para seguir fortaleciendo este organismo y ponerlo donde le corresponde, a la altura de donde debe estar. Es la línea que vamos a seguir durante toda la legislatura, y así se lo hemos trasladado al comité».