Los dos kilómetros que separan ambos barrios son un riesgo para unos peatones que no disponen de aceras
La movilidad está siendo, durante los últimos tres años, la gran protagonista de la legislatura que acaba de entrar en su recta final. La peatonalización de El Muro – Cascayu incluido –, la creación de calles semipeatonales, como Ruiz Gómez o Mariano Pola, o el cierre al tráfico de la Avenida de El Molinón, han sido protagonistas de las portadas de todos los diarios, a menudo con dosis de polémica.
Sin embargo, en los debates casi nunca aparece la Avenida Príncipe de Asturias. El principal vial de comunicación entre la zona oeste de Gijón con la sur, es uno de esos asuntos que no suelen aparecer en los debates de los partidos políticos.
Pumarín y La Calzada suman más de 40.000 habitantes o, lo que es lo mismo, un 15% de la población total de Gijón. Sin embargo, y a pesar de que tan sólo están separados por apenas dos kilómetros, no existe forma peatonal directa de ir a pie entre los barrios. No, al menos, sin tener que jugarse la vida caminando por los arcenes de una avenida que tiene un tráfico rodado similar al de una autopista.
A través de la avenida pasan, cada día, 21.500 vehículos de los cuales 1.300 son camiones. Por hacer una comparación con otras vías con un gran volumen de tráfico rodado, la A-66 a altura de Medina del Campo contabiliza 21.800, mientras que el Huerna, justo antes del peaje, suma 12.113 diarios.
El peatón, por tanto, debe elegir entre arriesgar su vida a través de una carretera sin aceras y el rodeo que supone un camino seguro. Éste exige una desviación importante, pues existe la opción de atravesar el Polígono, llegar al Natahoyo para desembocar en La Calzada.
Contaminación
Otro problema de la avenida Príncipe de Asturias está en la contaminación. El volumen de coches y camiones es enorme, debido también a los polígonos industriales que dividen la ciudad. Para ello, el Ayuntamiento se plantea la inclusión de más radares, obligando a los vehículos a reducir la velocidad.
También se plantea como posibilidad la eliminación del acceso a Nuevo Gijón por la rotonda de la avenida de Portugal. La idea es que crear el acceso al barrio a través del nuevo vial que conecte, directamente, con Dolores Uribarri, reduciendo el número de vehículos que acceden a la ciudad por el vial de Príncipe de Asturias con destino a Perchera, Nuevo Gijón, Alto de Pumarín y Montevil.
Lo mejor sería que arreglasen la carretera, que hay unos baches que como vayas a 80 poco más y dejas el coche ahí. Y cualquier día vamos a tener un susto.
Cierto. Pero hasta que no haya sustos seguiremos así. Con el dinero que gastaron en el cascayu hubieran parcheado la «autovía».