Imaginaos lo guapo que sería entrar a nuestra ciudad, desde la autopista, y encontrarnos con una zona verde, arbolada, con bancos, con zona para juegos infantil y para las mascotas

Estos últimos días se ha abierto en Gijón el debate sobre el destino que debe darse a los terrenos del Solarón. Nadie podrá discutir que este es uno de los temas cruciales relacionados con el diseño de nuestra ciudad, y que nos va a afectar a todos de muy diversas maneras, dado el tamaño y la ubicación de los terrenos de los que estamos hablando.
Ante el equipo de gobierno municipal se plantea ahora una oportunidad única para trabajar y dar el “do de pecho” en la conformación de una parte muy céntrica de nuestra ciudad. Los terrenos del Solarón son propiedad de la Sociedad “Gijón al Norte S.A.”, cuya composición accionarial corresponde en un 50% al Ministerio de Fomento, en un 25 % al Principado y el otro 25% al Ayuntamiento de Gijón.
Desde hace ya 20 años se lleva dando vueltas al diseño de esa zona y hemos podido ver varias infografías y maquetas descriptivas de cómo iba a quedar. En todas ellas se contemplaba la presencia de edificios residenciales de diversas alturas desde la Plaza de Humedal hasta el viaducto de Carlos Marx. Han sido varios los intentos de comercializar las parcelas que componen dichos terrenos, pero hasta la fecha ni promotores ni constructores han entrado al trapo, bien sea por el precio de los terrenos, por la situación del mercado inmobiliario, por la pandemia o por lo que sea…
Ahora la alcaldesa, Carmen Moriyón, lo ha convertido en uno de los proyectos estrella de su mandato, con la creación de un gran parque urbano en esa zona aprovechando los terrenos, algo en lo que, para mí, acierta plenamente. Los terrenos de los que hablamos son tan extensos que es necesario distinguir dentro de todo el espacio que conforma el Solarón dos zonas claramente diferenciadas, siendo la primera de ellas la formada por los terrenos ubicados entre la Plaza de El Humedal y el Museo del Ferrocarril, y por otro lado los terrenos que van desde esa línea imaginaria en paralelo al Museo hasta el viaducto de la Calle Carlos Marx.
La primera zona descrita se encuentra actualmente acondicionada con césped y abierta al público que la utiliza para tomar el sol, pasear a las mascotas y es el lugar donde, desde hace unos años, se ubica la pista de hielo natural y el tobogán de trineos, nuestro parque temático de la Navidad tan espectacular y visitado por miles de personas, incluso de fuera de Asturias. La segunda zona se encuentra aún rodeada por vallas, con restos de las viejas vías y andenes, llena de basura y, a día de hoy, convertida casi en una zona chabolista.
En mi opinión, la primera zona descrita (la que ya se usa ahora mismo como zona verde) se debería consolidar de forma definitiva como un bonito parque central de la ciudad de Gijón, susceptible de ser utilizado de manera inteligente para múltiples usos lúdicos, festivos, culturales e incluso deportivos.
Por lo que se refiere a la zona de los terrenos del Plan de Vías, situados entre el Museo del Ferrocarril y el viaducto de Carlos Marx (los que actualmente se encuentran llenos de viejas vías y andenes abandonados), éstos deberían ponerse a disposición del mercado inmobiliario y ser objeto de venta y edificación. Esta sigue siendo una zona suficientemente amplia y muy céntrica para que la operación sea atractiva y rentable, eso sí, siempre y cuando Gijón al Norte no pida un precio desorbitado por las parcelas, como ya ocurrió en el pasado, con el resultado de que las subastas realizadas quedasen vacantes.
Con esta operación se contribuiría a generar actividad empresarial, fomento de empleo, y, por tanto, un revulsivo económico tan necesario para Gijón.
Seguramente que nuestra alcaldesa se va a encontrar algunos obstáculos en su puesta en marcha de este proyecto. Saldrán algunas “voces de su amo” que alegarán que los terrenos son de propiedad privada en su totalidad (Sociedad Anónima Gijón al Norte) y que todos ellos deben ser vendidos y edificados para sufragar con esos ingresos un supuesto Plan de Vías del que ya nadie se acuerda, ni en el Principado ni en el Gobierno Central, y que nunca se llevará a cabo. Esas voces contrarias al “Central Park” lo único que están pensando es en el pelotazo derivado de las posibles operaciones urbanísticas.
Gijón ya vivió en el pasado (finales del siglo XIX) algún debate parecido, como la polémica entre Muselistas y Apagadoristas, sobre la creación de un puerto nuevo en la ensenada de Torres o la ampliación del viejo puerto de Gijón, que finalmente concluyó en 1889, cuando el Estado decidió acometer la construcción de El Musel y ampliar el puerto local. Es en estas bonitas batallas donde las ciudades demuestran su personalidad y su peso específico frente a las voces interesadas que solo piensan en su propio beneficio.
Los terrenos del Solarón siempre fueron patrimonio de nuestra ciudad, desde los tiempos remotos en que no era más que una zona pantanosa conocida como El Humedal. Existen escritos de Jovellanos en los que ya se refiere a estos terrenos y debate sobre los distintos usos que se podrían dar a los mismos. Ahora ha llegado el momento para que el Ayuntamiento los reclame y aproveche la oportunidad para mejorar el diseño de Gijón, construyendo en los mismos nuestro Parque Central, diseñado por Parques y Jardines, una de las áreas municipales que mejor funciona en el Ayuntamiento y que trabajan para que Gijón luzca siempre bonito con árboles, flores y plantas. Imaginaos lo guapo que sería entrar a nuestra ciudad, desde la autopista, y encontrarnos con una zona verde, arbolada, con bancos, con zona para juegos infantil y para las mascotas…sin el viaducto de Carlos Marx, y todo limpio y adecentado. ¡Una maravilla!. Y lo más importante es que este Parque Central pueda ser disfrutado ya mismo por los gijoneses actuales y por las generaciones venideras.
Aquí la mujer del comisario peloteando a su antigua jefa a ver si le caen algunas migas de la mesa. Es un dolor leer un argumentario de otros en boca de esta ignorante. Ahora intenta trufar sus artículos con algún dato histórico y referencias a Jovellanos cogidos con pinzas.
Esta mujer es tipo llámpara, no hay quien la despegue de la política porque si no ¿qué iba a hacer? Es una cruz que tendremos que arrastrar gracias a Moriyón y a Pablo González. Ruego a dios que le den otro destino a su marido lo antes posible.