
«Aquí el objetivo no es bajar la contaminación sino gentrificar el centro de la ciudad para expulsar a quienes no puedan cambiar el coche o pagar un parking en beneficio del turismo»
Si usted lee la recientemente aprobada Ley de Cambio Climático, que es de donde supuestamente nace la inspiración a todas estas restricciones de movilidad que nos están imponiendo en Gijón, en el Título IV, en el reservado para la movilidad y el transporte, verá una norma indefinida o difusa, con mucha filosofía, que establece que en 2030 se hará un plan nacional que fije unos objetivos para que en 2040 y 2050 se alcance la descarbonización en el transporte. Insisto, si usted la lee, verá que nada está perfectamente definido, es decir, es la típica ley redactada para quedar bien con Europa, pero no para cumplirse, lo que llamamos coloquialmente «patada hacia adelante» y que se las arreglen los que gobiernen en 2040 y 2050.
Pero, dentro de ese océano de indefiniciones y fechas lejanas, la única fecha cercana y el único mandato concreto y definido que contiene el apartado de movilidad de esta Ley es la obligación de que los municipios de más de 50.000 habitantes tengan, antes de 2023, Zonas de Bajas Emisiones. La norma, además, deja claro que estas zonas deben ser «zonas de carácter continuo, y en el que se aplican restricciones de acceso, circulación y estacionamiento de vehículos para mejorar la calidad del aire».
Es decir, para 2023, a lo único que, en materia de movilidad, indiscutiblemente obliga la Ley de Cambio Climático es que una ciudad como Gijón tenga una zona donde por razones de la calidad del aire se apliquen restricciones de acceso, circulación y estacionamiento. Pero la Ley no obliga a peatonalizar nada a ninguna fecha concreta, la ley no obliga a que se prohíba circular por casi toda la ciudad en 2026 y la ley no obliga a que, a partir de 2022, como pretende el gobierno local, se prohíba aparcar sin pegatina de la DGT en toda la zona regulada, pero aun así el Gobierno local sigue con estos planes que solamente recoge su ordenanza municipal de movilidad, no leyes de rango superior.
De hecho, el único anuncio que hemos conocido en estos dos años que realmente nos ha venido impuesto por normas estatales o europeas en materia de movilidad se produjo el pasado junio, cuando el concejal de Movilidad, el Sr. Martín, anunciaba que La Calzada iba a ser la primera Zona de Bajas Emisiones de Gijón y que, encima, lo haría con Fondos Europeos, dando cumplimiento a dicha Ley de Cambio Climático que se había aprobado un mes antes en las Cortes generales.
Pero ahora, 3 meses después, según nos enteramos por las palabras que ayer el Sr. Martin pronunció en un mitin político, esta Zona de Bajas Emisiones no se llevará a cabo, sino que prefiere esperar a 2026 a que todo el Gijón urbano sea una Zona de Bajas Emisiones donde no se pueda circular si no tienes la pegatina de la DGT. Es decir, el Sr. Martín hará que Gijón incumpla la Ley de Cambio Climático durante 3 años motivo de su rectificación.
En la práctica, esta decisión hace que la única prohibición relevante que se lleve a cabo en este mandato será la prohibición de estacionamiento en zona regulada (de momento la Zona Azul) a vehículos sin distintivo o pegatina de la DGT a partir del 1 de enero de 2022, en 3 meses, insisto, obligación que Gijón se ha autoimpuesto con su ordenanza y que no viene en ninguna Ley de rango superior.
¿Y por qué sucede esto? ¿Por qué anuncia una cosa y 3 meses después rectifica? ¿Por qué solo la prohibición de aparcamiento a unos vehículos en el centro, en la zona azul?
Pues por lo de siempre, el electoralismo y el ir de ecologista de postureo. Prohibir aparcar en el centro, en la zona azul a partir de 2022 a vehículos sin pegatina y obligarlos a pagar un parking, en el fondo no es una medida medioambiental sino una medida clasista, como lo que están haciendo en Venecia donde se obliga a pagar a los visitantes por el hecho de acceder a la ciudad argumentándolo en motivos medioambientales cuando todos sabemos que el objetivo es que vuelvan los turistas con dinero y se vayan los que llegan en líneas lowcost.
Con la Ley en la mano y con los datos de contaminación lo normal sería que Gijón, en 2023, empezase con una zona de bajas emisiones en La Calzada, que es donde más se sufre la contaminación, así lo anunció Martín en junio. Pero no, Gijón empezará prohibiendo en 2022, en tres meses, aparcar en Cimadevilla, en el Muro, en la Calle Cabrales, en La Plazuela San Miguel o en La Calle San Bernardo entre otros sitios, donde está la zona azul, a los vehículos sin la pegatina de la DGT, lo que nada tiene que ver con esas zonas de bajas emisiones. Claramente, cualquiera que vea esto entenderá que aquí el objetivo no es bajar la contaminación sino gentrificar el centro de la ciudad para expulsar a quienes no puedan cambiar el coche o pagar un parking en beneficio del turismo, un Venecia a pequeña escala.
La buena noticia es que el Sr. Martín está rectificando ya que se acercan las elecciones, ya rectificó cuando dijo que la prohibición de aparcamiento no era de 24 horas sino en horario regulado, tras haber rechazado meses antes una enmienda nuestra que le pedía eso mismo. También, rectificó esta misma semana devolviendo algunas calles a 50km/hora, tras el sablazo que les metió a miles de gijoneses por circular a más de 30km/h, tras haber impuesto esa limitación indiscriminadamente por toda la ciudad sin haberlo planificado con tiempo. Y ahora parece que también está rectificando en lo del Muro, donde la decisión de devolver el doble sentido al trafico en el Muro está al caer, pendiente de que encuentre un argumento para no salir muy quemado, ya que la Comisión del Muro que creó para blanquear el Cascayu le ha salido por la “culata”.
Ahora, al Sr. Martín solo le falta rectificar en lo de la prohibición del aparcamiento a partir del próximo enero, así se lo hemos pedido en una proposición plenaria que desde Foro esperamos que el resto de los grupos del Pleno nos apoyen, donde pedimos que todo esto se retrase ya que la ciudad no está preparada ni se lo merece, porque el gobierno no ha hecho nada de lo que prometieron, parkings en altura, aparcamientos disuasorios, ayudas a la compra de vehículos, líneas de autobús lanzaderas, etc., nada de nada.
En fin, veremos si según van llegando los sondeos este señor sigue rectificando. En cualquier caso, la rectificación de hoy, de las Zonas de Bajas Emisiones es tan grande, que hasta incumple la Ley, Sr. Martín, quién le ha visto y quién le ve.
