«Queríamos explicar circunstancias del urbanismo actual que nos parecen muy significativas, pero que en 1930 ya eran habituales», comentó David Alonso
Este viernes, la ciudad de Gijón fue testigo de la ‘Ruta Gamberra’. El recorrido, enmarcado en las rutas urbanas de Laboral Centro de Arte, ofreció una visión crítica y desenfadada del urbanismo local. Guiada por el geógrafo David Alonso, la ruta llevó a cientos de asistentes a explorar algunos de los edificios más emblemáticos de la ciudad, desvelando historias y curiosidades sobre su construcción y su relación con la normativa urbanística de la época. «Queriamos explicar circunstancias del urbanismo actual que nos parecen muy significativas, pero que en 1930 ya eran habituales», comentó Alonso.
Uno de los puntos destacados del recorrido fue el edificio conocido como Banco de Gijón, ubicado en la plaza Florencio Rodríguez. Diseñado en 1903 por Luis Bellido, quien a su vez era el arquitecto municipal de la época, este detalle resultó llamativo para los asistentes, ya que hoy en día sería impensable que un arquitecto municipal proyectara un edificio de estas características para la ciudad. «Todo era mucho más laxo en aquella época», añadió el geógrafo.
El recorrido también incluyó la calle Los Moros, donde los participantes pudieron apreciar el edificio modernista situado en el número 13, obra de Manuel del Busto en 1911. Posteriormente, en la calle Jovellanos, se hizo una parada frente al edificio del número 10, diseñado por Manuel y Juan Manuel del Busto. Sobre esta construcción, Alonso destacó la contradicción entre la normativa urbanística de los años 30 y la realidad constructiva de la época: «Hablábamos de estos edificios preciosos, pero que alcanzaban en aquel momento, en los años 30, más de 25 metros de altura. Las ordenanzas estipulaban que no podían pasar de 15 metros. Pese a que los informes de los arquitectos municipales lo señalaban, la corporación municipal siguió adelante con el edificio por considerarlo excepcional».
Otro de los puntos clave fue la Biblioteca Jovellanos, antigua sede del Banco de Gijón. Diseñado en 1935 y ejecutado en 1944, su arquitectura recuerda a un templo clásico, lo que sorprendía a quienes desconocían su historia.
Pese a la lluvia que acompañó toda la ruta, la participación fue masiva, con asistentes que se mantuvieron firmes hasta el final del recorrido. «Pese al agua, aguantó todo el mundo hasta el final. Lo mejor de todo esto es el clima que se crea en la ruta. No deja de sorprenderme. Estoy muy agradecido a toda la gente que viene a estas rutas», concluyó Alonso.