La consejera de Transición Ecológica asegura que, una vez entre en marcha, la nueva planta de tratamiento de residuos entrañará «un menor coste para los municipios y, en último término, para los ciudadanos»
El tira y afloja entre el Gobierno del Principado, a un lado, y los Consistorios de la región, al otro, por el anunciado incremento de las tarifas a abonar al Consorcio para la Gestión de los Residuos Sólidos de Asturias (COGERSA) ha sumado este martes una reacción más a su lista de pronunciamientos; esta vez, de boca de Nieves Roqueñí. En un encuentro informativo organizado por la agencia Europa Press en el Hotel Reconquista de Oviedo, la consejera de Transición Ecológica, Industria y Desarrollo Económico ha aprovechado para recordar que, a fecha 1 de enero de 2025, «todos los Ayuntamientos deberán tener una tasa de basura no deficitaria». Sus declaraciones se producen horas después de que, en la tarde de ayer, el edil de Medio Ambiente de Gijón, Rodrigo Pintueles, criticase el aumento en cuestión, acusando al Principado de implementarlo para paliar su «mala previsión», y para costear los gastos de la nueva planta de tratamiento.
Aunque consciente del impacto del aumento, Roqueñí ha matizado que no afectará a todos los municipios de igual modo, pues dependerá «del sistema que defina cada uno para recoger los residuos, y de cómo tienen articuladas las tasas, ya que hay Ayuntamientos que ya las han subido año tras año, y otros que llevan varios sin subirla, y la mezclan con otras». En ese sentido, la consejera ha asegurado que su impacto «está calculado», hasta el punto de que en algunos concejos «puede suponer entre 50 euros por hogar, y 65 o 70, como mucho, al año», lo que implicará «entre euro y medio y tres euros más por hogar al mes».
En consonancia con las palabras de Pintueles, Roqueñí ha confirmado que el aumento pretende compensar los costes derivada de la puesta en marcha de la planta de basura bruta, la conocida como ‘bolsa negra’, con la que se potenciará su reciclaje, al tiempo que se generará un combustible sólido al que dar salida. «Todo eso supone una incremento de costes respecto al que suponía el vertedero y es por eso por lo que se sube la tarifa de la llamada bolsa negra», ha agregado la consejera. De hecho, la puesta en funcionamiento de la ya concluida planta va a permitir incrementar las tasas de reciclaje, adicionalmente al esfuerzo realizado por la ciudadanía en sus hogares, o a través de los puntos limpios. «Todos los esfuerzos que se hagan en este sentido supondrán un menor coste para los ayuntamientos, y en último término para los ciudadanos», ha subrayado.
En cualquier caso, Roqueñí ha insistido en la necesidad de iniciar «de forma inminente» el diseño de la solución «más adecuada» para valorizar el producto generado en el proceso de aprovechamiento del contenido de la bolsa negra, el denominado combustible sólido recuperado.