Entrevista a Carmen Alsina, directora de comunicación de la CEOE
“Asturias es una tierra de oportunidades y seguirá dando grandes empresarios, pero la administración tiene que poner el caldo de cultivo adecuado”
“Mi padre estaría orgulloso de verme en CEOE. Su último viaje a Gijón fue en 2011 con motivo de mi toma de posesión. Su cara no se me olvidará en la vida”
¿Es complicado para una mujer trabajar en un mundo que, tradicionalmente, ha sido de hombres?
Si vamos a la parte de la igualdad, nos queda camino por recorrer, eso es así. Sin embargo, soy muy positiva y digo que tenemos mucho recorrido. Si estoy en este puesto y desarrollándolo con toda la confianza del equipo de esta casa es porque los tiempos han cambiado. Así que vamos a pensar que hemos recorrido mucho camino y que lo que queda por recorrer siempre será más fácil cuando la actitud de los que tienes alrededor es de recorrerlo. Dicho esto, siempre ves cosas a las que les quedan un poquito de desarrollo, pero es injusto por mi parte hablar de eso porque ¿qué puedo decir? El presidente es algo que ha tenido en su cabeza muy claro, la presencia de la mujer en los puestos directivos, en promocionarla, en romper con esa especie de tradición porque no vamos a negar que, proporcionalmente, hay muchas más vocaciones empresariales entre hombres que entre mujeres y además en los órganos de representación de las de las organizaciones empresariales hay más hombres y por lo tanto, los que llegan a los niveles de presidencia son hombres en su mayoría y los órganos de gobierno, como aquí dependen de quien está representando a la organización, son hombres. Es complicada esa gestión del cambio porque tiene que venir en un proceso desde abajo hacia arriba. Es verdad que lo que ha tenido el presidente en su mano lo ha hecho: a nivel directivo somos más mujeres que hombres; en órganos de representación ha incorporado la figura femenina donde se cumplían con los requisitos de los estatutos y, por lo tanto, me considero totalmente aprobada en mi gestión. No creo que nadie en esta casa se plantee si soy mujer u hombre en lo que hago.
En Asturias, por ejemplo, hemos visto cómo por primera vez una mujer preside FADE, María Calvo.
Una alegría porque la considero una grandísima profesional. A nivel de comunidad autónoma, hay dos mujeres porque también está Carmen Planas en Baleares. Son puestos en los que están por su capacitación, por su valía y por su currículum. Cuando llegas a un determinado puesto o espacio es importante que lo hayas hecho porque tienes la capacidad, la valía y el reconocimiento para estar ahí. En el caso de María Calvo, eso es indudable, ha recibido un apoyo unánime y está haciendo un junta directiva y un comité extraordinario. FADE está adquiriendo un equipo muy comprometido y me encanta, van a hacer grandes cosas. Esto no quita que el trabajo que ha hecho Belarmino (Feito) y sus predecesores ha sido también fantástico y más en épocas complicadas, pero María (Calvo) abre una etapa muy ilusionante para Asturias y para el empresario asturiano. Estoy muy contenta de que esté allí y con muchas ganas de poder ayudarla donde lo necesite y donde me pueda reclamar.
Decía antes que los tiempos están cambiando, pero ¿hará falta esperar mucho más para ver a mujeres en puestos de responsabilidad o ya es una realidad?
Es una realidad, pero se hará más habitual cuando dejemos de hablar de ello. Un ejemplo es la digitalización. Una vez que empieza se abren nuevas puertas a nuevos espacios que no te habías planteado y eso hace que todo entre de una manera mucho más rápida. Cuando cogimos el primer móvil ¿quién nos iba a decir que diez años más tarde íbamos a estar como estamos ahora? Con el asunto de la mujer es igual. Una vez que empieza a adquirir espacio, ver que profesionalmente tiene un desempeño perfectamente equiparable al de un hombre y deja de verse a la mujer como algo diferente es multiplicador y es un tema geométrico. Esto no significa que no haya que poner en valor la pelea y el empuje que han tenido muchas mujeres antes que nosotras, entre ellas nuestras madres, para que nosotras estemos aquí y podamos disfrutar de ello. Es un hecho natural que va a haber un cambio exponencial en muy poco tiempo, pero viene porque hubo muchas mujeres que han peleado mucho para que esto sea así y no lo debemos olvidar.
El ‘Plan Sumamos’ de la Fundación CEOE buscaba visibilizar las iniciativas puestas en marcha para minimizar el impacto de la pandemia, plan que también llegó a Asturias en un encuentro cordial entre su máxima responsable Fátima Bañez y el presidente del Principado Adrián Barbón. ¿Se demuestra aquello de que una cosa es la política y otra la vida?
Sí y además es una realidad. La vida te obliga a tomar determinados caminos, determinadas decisiones, porque va por ahí. El COVID fue algo tan repentino, acuciante e intenso que nos obligó a todos alinearnos por un camino. Estoy muy orgullosa de ese proyecto. Fátima (Báñez) es extraordinaria, ha sido un descubrimiento como persona, como profesional, en sus valores y en lo que ella ha sido capaz de entregar en muy poco tiempo. Cuando se pone en marcha el programa ‘Empresas que ayudan’, debido a mi responsabilidad de RSC y Sostenibilidad en CEOE, estuve trabajando codo con codo con ella, lo he vivido en primera persona y ha sido increíble. Hay muchas partes dentro del proyecto porque fue poner a disposición del ciudadano y aquella crisis todo lo que las empresas podían aportar. Había muchísimo interés por parte de las empresas en ayudar, pero no sabían cómo. Imagínate en un confinamiento como el que vivimos, con la gente en casa, sin saber quién necesitaba ayuda y las empresas no sabían a quién dirigirse. En aquel momento la CEOE se convierte en una especie de coordinador entre las necesidades de las ONG, hospitales y aquellas empresas que nos preguntaban dónde dirigir la ayuda. Hicimos un poco ese engranaje y funcionó en muy poco tiempo. Los compañeros de CEOE se pusieron todos de forma voluntaria a trabajar ahí, pero también tuvimos personas de embajadas extranjeras que nos pedían ayudar también. Cuando empezamos con todo el tema de los tests para detectar el COVID, se llegó a acuerdos con los gobiernos autonómicos, en Asturias con el presidente Adrián Barbón, trabajamos esa forma de testeo masivo continuo, poner al servicio de las comunidades la posibilidad de poder hacer testeo en empresas, con la vacunación también se ofreció la posibilidad a las mutuas y se llegó a un acuerdo con el Ministerio… Estuvimos un poco al quite de poder hacer la gestión de coordinación de ese sector privado para trabajar la colaboración privada y pública y poder ser eficientes a la hora de llegar con algo que requería. Tenía fecha de caducidad, tenía muchísima urgencia y era una necesidad imperiosa. También te digo que fue clave la figura de una persona como Fátima porque sabía ponerse al frente de ello y tenía esa capacidad de poder gestionar esa especie de puzzle que había que montar.
Quiero volver a Asturias porque otro de los asuntos de actualidad en el Principado es la reforma del Estatuto de Autonomía y la oficialidad del asturiano. ¿Esto suma o resta?
Hay que defender la cultura y lo que lo que forma parte de nuestras raíces. Es importantísimo no perderlo y que nuestros hijos lo vivan, lo conozcan, les acompañe y que tengan opción de poder trabajar en ello. La cooficialidad quizá es algo que, aun buscando esa finalidad que es buena y que deberíamos de apoyarla, puede llegar a ser algo que lastre en vez de ayudar. Hay que pensarlo muy bien antes de hacerlo porque lejos de la finalidad que busca, puede suponer un problema, pero sí que soy de la opinión de que hay que cuidar nuestras raíces y no perderlas.
Uno de los grandes empresarios que dejó esta región fue su padre. Decía Juan Alsina en una entrevista en un medio de comunicación en 2006 que “en Asturias no somos ni más listos ni más tontos y si hay caldo de cultivo, habrá empresarios”. Es decir, que la administración tenía que ayudar a que se dieran las condiciones para que esto se creara. ¿Comparte esta visión?
Cien por cien, por genética y por convicción (risas). Nunca vas a curar el hambre dando el pez, tienes que enseñar a pescar. No quieras ser el médico en lugar del médico, ni el profesor en lugar del profesor, pero dale el hospital y el colegio que ya se va a ocupar él de gestionarlo. Nuestra labor para conseguir que nuestra tierra sea un sitio de verdad de oportunidades, un sitio donde las vocaciones empresariales se desarrollen, es generar el caldo de cultivo adecuado para que nuestro territorio sea atractivo. Repito que con la oportunidad que nos dan los fondos de europeos, con todo lo que tiene que ver con cohesión, con digitalización, con sostenibilidad, con la base industrial que tenemos en nuestra comunidad, con la calidad de vida que tiene… Si conseguimos tener unas infraestructuras que son fundamentales y trabajar en comunidad y en coherencia con el proyecto de país, porque no puedes ir en contra del proyecto de país, Asturias es una tierra de oportunidades, ha dado grandísimos empresarios y no tiene por qué dejar de darlos, va a seguir dándolos, pero como decía mi padre, con el caldo de cultivo adecuado.
¿Qué ha heredado de él?
Muchas cosas. No sé si por herencia física, a mí y a mis hermanas nos dicen que soy la que más me parezco a mi padre. He tenido la fortuna de tener más relación con él en la vida adulta porque de mis hermanas fui la que se quedó en Asturias. Hemos hablado muchísimo de temas profesionales, de cómo afrontar la vida, como enfrentar la relación con tus equipos, tus clientes. Él era una persona muy involucrada en el mundo laboral y en el mundo profesional y he heredado muchísimas cosas por aprendizaje porque él me enseñó muchísimo de todo eso. Y luego, en la vida, le he visto en decisiones que tenía que tomar, le he visto en problemas que se me han planteado, he sabido identificarlos gracias a todo lo que él me contaba y me explicaba. De mi padre tengo herencia genética y herencia de aprendizaje. Lo disfruté en su momento, pero ahora si soy capaz de darle el valor que tenía.
“Las redes sociales son un gran invento, pero es verdad que hay que saber usarlas bien. No pueden convertirse en tu forma de vivir la vida”
¿Qué pensaría si le hubiera visto al frente del departamento de comunicación de la CEOE?
Mi padre falleció el 4 de septiembre de 2011, acababa de entrar al ayuntamiento en junio de ese año. Fue un verano muy complicado porque mi padre tenía cáncer e iba a verle a Madrid, estaba ingresado. Sí que sé que cuando él se medio recuperó con aquella quimioterapia, lo primero que hizo fue coger el coche y venirse a Gijón a verme el día que tomé posesión del cargo en el pleno del 11 de junio. Luego ya no pudo volver a viajar más y falleció. La cara de orgullo y cómo me acompañaba en ese momento, no lo olvidaré en mi vida. ¿Qué hubiera pensado? Supongo que la misma cara de orgullo que le vi aquel 11 de junio se la hubiera vuelto a ver ahora en CEOE. Sé que me hubiera acompañado mucho, sé que hubiera podido reflexionar con él en muchas cosas que he tenido que reflexionar sola y recordando lo que me decía y hubiera sido una época que hubiera disfrutado muchísimo, no me cabe ninguna duda porque era extraordinario. La vida te lleva las personas cuando toca, no cuando eliges y no ha podido verlo, pero estoy segura y no me equivoco, que lo hubiera disfrutado y me hubiera acompañado con una cercanía enorme como lo hizo hasta que se fue.
Redes sociales. ¿Le queda tiempo o cada vez tiene menos ganas de usarlas?
Las redes sociales son un gran invento y tienen que acompañar a la vida y a su evolución, pero es verdad que hay que saber usarlas bien y no perder el norte. Tú has de vivir tu vida y luego si quieres comunicar, pero no pueden convertirse en tu forma de vivir la vida. Está la excepción de los profesionales que hacen de ello su trabajo porque eso es otro tipo de dedicación. Siempre que sepas tratarlas con responsabilidad, trasladar, comunicar y usarlas como un medio accesorio, son fantásticas y nos permiten tener un acceso a la información que es un privilegio. ¿Cómo las uso? Por mi profesión mucho porque al final es una forma de comunicar todo lo que hacemos y como lo hacemos, pero con respeto y que no ocupen en mi vida un espacio más que el que prudencialmente tiene que ser. Como dicen con la bebida, con moderación.