¿Sabían que un litro de aceite puede contaminar hasta mil litros de agua? ¿O que al día se tiran a la basura en España más de 16 millones de cápsulas de café?
Casi 80 voluntarios participaron este fin de semana en una nueva recogida de residuos en la playa de San Lorenzo. Resultado: cerca de 60 kilos de basura, sobre todo de bastoncillos para las orejas y de mascarillas.
El pasado sábado se conmemoró el Día Mundial del Medio Ambiente. Un evento que tiene por objetivo sensibilizar a la opinión pública en todo lo relacionado con los temas ambientales y que nos advierte de que las cosas, aún mejorando, no están bien. Se estima que para el año 2050 la población mundial alcanzará los 9.600 millones de personas y se necesitarían tres planetas para mantener el nivel consumo actual.
Los residuos municipales recogidos en el Consorcio para la Gestión de Residuos Sólidos de Asturias (Cogersa) crecieron casi el 1,5% en 2019 y alcanzaron las 516.479 toneladas, de las que el 24,74% fueron objeto de tratamiento para su recuperación. A esta cifra hay que añadir las recogidas selectivas llevadas a cabo por gestores distintos a la entidad y el resultado del compostaje doméstico, actividad cada vez más extendida, que elevan hasta el 32,5% los desechos domésticos y comerciales reciclados en Asturias.
Añadamos a estos datos los efectos residuales de la pandemia. La media mensual de residuos hospitalarios fue de 33.000 kilos en 2019, mientras que en 2020 alcanzó los 135.000, lo que supone un incremento de casi un 307%.
La Unión Europea fijó para 2020 que el porcentaje de reciclaje alcanzase el 50 por ciento de los residuos que generamos. Aún estamos muy lejos, pero al menos hemos mejorado. Durante el año pasado, cada ciudadano asturiano depositó 15,8 kg de residuos en el contenedor amarillo (el de envases), un 13,2% más que el año anterior. El contenedor azul, por su parte, registró 22 kg de papel y cartón por habitante.
¿Sabían que un litro de aceite puede contaminar hasta mil litros de agua? ¿O que al día se tiran a la basura en España más de 16 millones de cápsulas de café?
Ante esta realidad, tenemos que hacernos una pregunta muy clara ¿reciclamos o contaminamos? Está claro que existe voluntad para mejorar las cosas, pero es necesario que las mascarillas y los bastoncillos no acaben en la playa. Por esos me parece un gran acierto la campaña de concienciación sobre el reciclaje que acaba de poner en marcha COGERSA con el lema “Erre que erre”. Reducir, reutilizar y reciclar. Fomentar la cultura de estas tres erres es el objetivo de una campaña que a través de talleres presenciales y virtuales visitará más de una veintena de municipios asturianos con la finalidad de reflexionar sobre a economía circular, la excusas para no reciclar, el desperdicio alimentario y trabajar para lograr que los residuos sean un recurso.
Me sumo a esta iniciativa y a las que desde hace años protagoniza un voluntariado que nos recuerda que, si comenzamos por recoger, procuramos reducir, nos preocupamos por reutilizar y asumimos lo de reciclar, no solo estaremos generando un evidente y fundamental beneficio ambiental sino también un ahorro en nuestro hogares. Recuerden la contumacia y terquedad de Paco Martínez Soria, un auténtico “Don erre que erre”.