L’Atalaya se estrena como epicentro de una celebración que, a pesar de la lluvia, congregó en la carpa allí instalada a cientos de personas, decididas a disfrutar de la sidra, la música y la cultura autóctona
Cimavilla ha vuelto a dar la talla. En su bautismo de fuego como escenario de la Primer Sidre l’Añu, el barrio gijonés congregó a cientos de personas en L’Atalaya, decididas todas a disfrutar de una decimocuarta edición que, pese a la persistente lluvia y a la polémica suscita inicialmente al no poder celebrarse en el Muséu del Pueblu d’Asturies, su emplazamiento tradicional, dejó buen sabor de boca. Así lo confirmaban fuentes de la Fundación Asturias XXI, organizadora del evento, aunque no fuesen precisas palabras para dar fe de ello. Bastó con echar un vistazo al ambiente que dominaba la carpa instalada al efecto para comprobar que esta cita, un año más, ha empezado con buen pie.
Precisamente fue el presidente de Asturias XXI, Marcos Abel Fernández, quien abrió el turno de intervenciones de la velada inaugural. Y lo hizo sin esconder las «miserias y errores» que han llevado a la Primer Sidre l’Añu del Muséu a Cimavilla, una dinámica totalmente contraria «al apoyo y la solidaridad de gente y organizaciones para poder sacar adelante» este acontecimiento. «Esta es la Primer Sidre l’Añu más playa, y la Primer Sidre de la solidaridad y de la voluntad que nos trae a estar hoy aquí», concluyó Fernández, antes de ceder la palabra al pregonero oficial de este año, Carlos Rubiera. También este último hizo mención al cambio de ubicación, aunque desde una perspectiva esperanzadora. «Al salir al campo abierto de Cimavilla, donde está el origen y la esencia de Xixón, tenemos que ver un simbolismo, un mensaje, y entender ese mensaje como una oportunidad, mirando al horizonte del futuro en un espacio urbano que puede ir extendiéndose con el tiempo a toda la ciudad», defendió en su discurso.
Con las palabras agotadas, fueron la sidra y los sidreros los que pasaron a tomar el control de la situación. Alejandra Venegas escanció el culín inaugural, previo a la entrega de los Premios Meyor Primer Sidre l’Añu al lagar La Morena, cuya sidra Prado y Pedregal es la oficial de esta XIV edición, y a Cabueñes, Mejor Primer Sidre l’Añu de Xixón, y tercera de la general. Acto seguido, todos los presentes se sumaron a disfrutar de un culín colectivo, que precedió a la exhibición de escanciado por parte del equipo de profesionales de La Montera Picona de Ramón; entre ellos destacó la presencia de Wilkin Aquiles, Campeón de Asturies de Escanciadores 2023. Así, las primeras horas de la tarde transcurrieron animadas, con la parrilla El Pintxu como faro a la hora del almuerzo. Por su parte, los más pequeños se sumaron a los juegos tradicionales, la mayada y un taller de echar sidra que sedujo igualmente al público adulto, y que estuvo a cargo de Salvador Ondó, excampeón de escanciadores.
A lo largo la jornada se celebraron también dos catas guiadas. Una, de sidra Prado y Pedregal, a cargo de Juan Luis García, profesor de la Escuela de Hostelería y Turismo de Gijón; y otra, de la mano de Donato X. Villoria, que presentó una compilación de sidra de la Macaronesia (IGP Sidra da Madeira, y sidra de Tenerife y Gran Canaria). El buen ambiente se sucedió hasta la hora del cierre, aunque las actividades proseguirán en el día de hoy y hasta el domingo, siempre en el mismo emplazamiento. El programa completo puede consultarse aquí.